Garbiñe Muguruza tuvo que esforzarse al máximo para superar la primera ronda del Abierto de Australia. Necesitó tres horas y 20 minutos y salvar dos bolas de partido en el tercer set para doblegar a la eslovaca Magdalena Rybarikova, por 4-6, 6-1 y 14-12. Tras el esfuerzo y llena de moral, la vasco-venezolana afrontará ahora un duelo sin nada que perder contra Serena Williams, defensora del título.

La estadounidense sufrió un susto en forma de torcedura de tobillo, pero imitó a Maria Sharapova para lograr un doble 6-0 ante la rumana Gallovits-Hall. En su conferencia de prensa posterior, Serena señaló que esperaba continuar en el torneo, que ha ganado seis veces ya, pues tiene un día libre y regresará mañana.

«Me puse algo nerviosa porque tuve una lesión similar el pasado año, justo en el mismo sitio. Me relajé y pensé que las cosas pasan», dijo la menor de las Williams que persigue su tercer grande consecutivo después de Wimbledon y el Abierto de EE.UU.

No es la primera vez que Serena es capaz de ganar en Melbourne lesionada. Ayer lo recordó al señalar que es algo habitual en su carrera: «He jugado este torneo con muchas lesiones y he llegado a las rondas finales. Para mi es otra página y una gran historia para contar a mis nietos un día».

Ante la 26ª favorita

Lara Arrubarrena no pudo con el duro escollo que representó la tenista de Taipei Su Wei Hsieh, que se impuso por 7-6 (5) y 6-2. La tolosarra pareció en disposición de dar la sorpresa en la primera manga, en la que obligó a su rival a emplearse a fondo para superar el desempate gracias a su eficacia desde el fondo de la pista. Sin embargo, en la segunda la oriental pasó a controlar el juego y ganó a la vasca sin cometer un solo error no forzado.

Federer inició sin problemas su participación número 53 imponiéndose por 6-3, 6-4 y 6-1 a Benoit Paire en solo 83 minutos.