El joven realizador coreano Yoon Jong-bin ha alcanzado el éxito con su tercer largometraje, una película de gángsters en la que mezcla violencia y humor al gusto del público de su país. Sin embargo, la crítica internacional ha visto una mayor influencia foránea en su cine que en otros directores coreanos de su generación. Se cita sobre todo a Martin Scorsese, a cuenta de títulos de su filmografía como «Uno de los nuestros» o «Casino».

Pero el mayor atractivo de «Nameless Gangster» no está en la realización, sino en el duelo interpretativo que protagonizan Choi Min-sik («Oldboy») y Ha Jung-woo («The Yellow Sea»), evidenciando las razones por las que son considerados como actores de culto por cuantos intentamos seguir el cine oriental. Interpretan, respectivamente, a un agente de aduanas corrupto y al jefe mafioso de Busan que unirán fuerzas en la década de los años 80.