Mikel Jauregi Periodista
¡Viva el egoísmo!
En este mismo espacio, hace ya casi un año, mi compañero Imanol Intziarte se rebelaba contra la «basura de debate» generada en Gipuzkoa en relación a la gestión de residuos urbanos. Desde entonces, incluso tengo la impresión de que hemos bajado de nivel, hasta el subsuelo y más allá.
Aquí lo de menos es el ingente volumen de residuos que llega a generar una sociedad como la nuestra y qué hacemos con todas esas latas, cajas de cartón, bolsas y envases de plástico, periódicos, vidrio, pilas, materia orgánica, muebles rotos, DVDs estropeados, bombillas fundidas... No nos engañemos: aquí lo que nos ocupa es que alguien se deshaga de toda esa «basura» sin que tengamos que preocuparnos de cómo, y sobre todo, dónde lo hace. Y cuanto menos trabajo nos den en casa separando unos materiales de otros, mejor. Porque no tenemos tiempo ni ganas.
Hace ya unos años que vi unos carteles en Tolosa que rezaban «Errauskailua bai» (Incineradora, sí). Debajo del lema de uno de ellos, escrito a mano, alguien respondía con un elocuente «Bai, baina Tolosan» (Sí, pero en Tolosa). Y me pareció que aquel pedazo de papel y esas dos afirmaciones resumían a la perfección la madre del cordero del problema. Porque ahora estamos en las mismas: si para los vecinos de, digamos, Andoain el vertedero de San Markos y el hedor que desprendía no suponían ningún problema, tampoco para los de Bergara, por ejemplo, la planta incineradora proyectada en Zubieta. Hemos adoptado el más puro estilo Ana Urchueguía, que en 2006 respaldó una marcha que reunió a miles de personas en Lasarte-Oria: mientras en la cabecera portaban una pancarta en la que se leía «Errausketarik ez, ez Zubietan eta ez beste inon» (No a la incineración, ni en Zubieta ni en ningún lugar), la exalcaldesa llevó una propia: «En Zubieta no».
Si hemos de seguir jugando a pequeña, luchando en el fango y anteponiendo intereses particulares e inconfesables, hagámoslo: que se convoquen consultas en todos los municipios de Gipuzkoa y donde se registre el mayor porcentaje de síes, allá vaya todo el paquete: la incineradora, los puestos de trabajo, el dinero... y también las dioxinas, el arsénico, el cromo, el benceno, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, el cadmio, el plomo, el tetracloroetileno, el níquel, el naftaleno...