El Sadar se ha ganado a lo largo de los años una fama de fortín a la que Osasuna no acaba de hacer honor esta temporada. No son pocos los tropiezos que ha sufrido ante su gente y, sin embargo, es precisamente allí donde ha conseguido la mayor parte, dos tercios, de los puntos que luce ahora mismo. Si la lógica se cumple, la salvación de los iruindarras pasará precisamente por su estadio, aunque solo sea porque la mayor parte de sus rivales directos, con el valor que eso añade a los encuentros, debe pasar por allí en esta segunda vuelta del campeonato.

Claro que la lógica no siempre funciona con Osasuna. Y es que esos mismos dos tercios que ha sumado al calor de su afición los ha logrado también en sus envites más complicados. En la primera vuelta, al equipo de José Luis Mendilibar se le han dado bastante mejor los equipos de la zona alta que aquellos con los que comparte pelea.

Diez puntos ha sumado en sus enfrentamientos con los diez primeros clasificados -victorias frente a Rayo y Levante y empates con Betis, Málaga, Real Sociedad y Real Madrid- y solo cinco en los que ha disputado contra los rivales de la segunda mitad de la tabla -el triunfo ante el Espanyol y las tablas con Mallorca y Getafe-. Y eso supone que la escuadra navarra arranca esta segunda vuelta no solo con menos puntos que nadie, sino con el golaverage particular perdido respecto a casi todos sus predecesores más cercanos. De ahí que los duelos directos dupliquen, como siempre, su valor, cuando no lo triplican, teniendo en cuenta que hay que voltear los tropiezos de la primera mitad del campeonato.

La buena noticia, debería serlo, es que casi todos esos equipos deben pasar por El Sadar de aquí a mayo. Osasuna solo tendrá que hacer las maletas para visitar a Granada y Mallorca -que, por cierto, se llevaron triunfo y empate, respectivamente, de Iruñea- y recibirá a Deportivo, Espanyol, Celta, Athletic, Zaragoza, Sevilla y Getafe.

Final o casi

Siete de los nueve encuentros que disputará en casa, en definitiva, y que, teniendo en cuenta todos los puntos que hay que sumar, bien pueden ganarse el sobrenombre de finales. No quieren ponerse tan drásticos los rojillos, quién sabe si para quitarse presión o porque, como recuerda Rubén, después del choque frente al Deportivo -que, por cierto, invirtiendo los números de Osasuna, ha conseguido dos tercios de sus 16 puntos frente a los rivales de la zona baja de la clasificación-, todavía quedarían «18 partidos por delante». Pero sí tiene claro el central que la visita de los gallegos es «importantísima. Personalmente no la llamaría final porque quedan otros 18 partidos por delante. Pero sí lo llamaría semifinal, casi una final. No es el punto final, pero sí puede ser el punto y aparte y entrar en una buena racha, ganando al Depor y al Celta aquí en casa», reconoció el futbolista.

Pero Osasuna tampoco puede demorarse demasiado. Debe embolsarse casi la mitad de los puntos que dispute si quiere la permanencia. Algo que ahora mismo se antoja complicado, pero de lo que Rubén está convencido. «El baremo para medir la calidad depende de los ojos con que se mire -sentenció el defensor rojillo-. Igual para una persona este equipo no tiene la calidad suficiente para mantenerse en Primera y para otro sí. Para mí sí la tiene. Yo conozco, yo vivo dentro de este vestuario y sé cómo es la calidad humana, la calidad personal, la calidad futbolística y la calidad colectiva. Hay muchas calidades y este grupo reúne muchas de ellas para salir de ahí abajo».

Deberá hacerlo «con unión y compromiso». También, «sabiendo dónde estamos y lo que hemos hecho. Hay que tenerlo presente pero para poder mejorar, no para que te afecte o te hunda». Y, por último, sin dejarse llevar por las prisas. «No hay que pensar en si empieza la segunda vuelta o en cuántas jornadas quedan. Aunque suene a tópico, es más importante que nunca ir jornada a jornada, concentrarse cada semana en preparar el próximo partido».

En el plano meramente futbolístico también es partidario de la calma como una de las fórmulas para mejorar el pobre bagaje ofensivo del equipo. «Tenemos que tener más paciencia y también más ambición de cara a puerta. Tenemos que mejorar todo el grupo, no es un problema individual. En mi caso puede ser aprovechar córners o faltas, alguna engancharé. Pero también hay que crear más, no podemos vivir solo de jugadas a balón parado», admitió.