«Estoy contento y agradecido al míster. El trabajo de día a día que estoy realizando desde que comencé. Cuento con el apoyo del entrenador para estar más suelto dento del campo y hacer un juego mejor». Son palabras recientes de Borja Ekiza, dentro de la tambaleante trayectoria del equipo, uno de los jugadores que más se está beneficiando de las bajas en defensa y de la confianza de Marcelo Bielsa.

El navarro está aprovechando bien los problemas que el técnico argentino está teniendo durante la temporada para confeccionar un eje de la zaga que tenga continuidad. La marcha en agosto de Javi Martínez abrió más las posibilidades de jugadores como Borja, así como sus compañeros San José o el recuperado capitán Gurpegi. En ausencia de Amorebieta, fueron precisamente ellos dos la primera opción del de Rosario en el partido inaugural de la Liga ante el Betis; en el desastre del Calderón, el siguiente encuentro, ambos repitieron. Al tercero, en casa, en la victoria ante el Valladolid, Ekiza tuvo su oportunidad junto al de Andosilla.

Desde entonces, de 19 partidos, Ekiza ha participado en 12 de ellos y en todos ha disputado los 90 minutos. En esta primera vuelta acumula 1.088 minutos jugados, una cifra que denota la creciente presencia del jugador en el equipo con respecto a la campaña anterior, cuando participó en 21 choques pero sumando 1.239 minutos, muy lejos, eso sí, de los 1.890 que contabilizó en la temporada de su estreno y última de Caparrós.

Los problemas físicos de Gurpegi, la incógnita de un irregular Amorebieta y la preferencia de Bielsa de que San José juegue más adelantado, han derivado en que Ekiza se haya asentado en el centro de la defensa donde ya lleva como titular los últimos ocho partidos de Liga, sin contar el de Copa ante el Eibar. «Estoy muy contento por contar con minutos en los últimos partidos. No voy a olvidar que hay que trabajar día a día, que tenemos una plantilla y todos queremos jugar. Luego será el míster el que decida quien juega», afirmaba en diciembre. La positiva irrupción del joven Laporte no le ha restado protagonismo; al contrario, apunta como su nueva pareja de baile, la misma con la que Bielsa puede que repita el lunes ante el Betis.

Pero no solo Ekiza se está beneficiando de este río revuelto. El también navarro Mikel San José es otro de los rojiblancos que está contando con oportunidades. A mitad de temporada ha participado ya en 16 partidos, frente a los 24 en los que actuó la pasada, aunque nada que ver con los 31 de la anterior.

No contó para Bielsa en los albores de la temporada, donde el entrenador llegó a poner incluso a Ramalho. Es cierto que su presencia este curso sigue una tónica irregular, combinando apariciones con ausencias, buenas actuaciones con otras no tan afortunadas. Prueba de ello es que, de esos 16 partidos que lleva, en 9 ha salido desde el banquillo. Lo positivo para sus intereses es que sus últimos cuatro partidos los ha jugado como titular y completos y que en el último mes y medio cuenta bastante para Bielsa. Lástima para él que se vaya a perder por sanción el choque del Villamarín, lo que puede abrirle las puertas a uno de los damnificados este curso, Iturraspe.

En la derrota ante el Rayo San José fue uno de los pocos que salvó los muebles, jugando en esa posición más adelantada, anotando también el único gol. Ya suma cuatro en Liga -otro en Europa-, segundo máximo goleador del equipo, cuando en las tres campañas anteriores había anotado 5. Su aportación ofensiva también se está notando: lleva ya 10 disparos a gol, cuando el curso anterior fueron 14, un año antes 12 y el primero solo 7.

Mikel ha cogido de nuevo la onda, quiere quitarse de encima esa mala prensa que le persigue de infortunio, de culpabilizarle de goles, de dar una de cal y otra de arena. Tanto él como su compañero Ekiza quieren ser dos de los hombres que aprovechen las dificultades de Bielsa para dar con un once más o menos estable. Y los dos quieren estar ahí cuando dé con él.