Fernando Guillén, adiós al galán de la voz cálida y la dicción perfecta
Mateo Sancho Cardiel-EFE | MADRID
Una voz que podía doblar un western para Pedro Almodóvar y una gallardía que le convirtió en un Don Juan crepuscular para Gonzalo Suárez, además de unos genes que alumbraron el clan Guillén Cuervo. Fernando Guillén, el galán de la voz cálida y la dicción perfecta, murió ayer a los 81 años en Madrid.
Como muchos actores de su generación, Fernando Guillén se tuvo que conformar con una industria cinematográfica más bien pobre y nutrir su prestigio en el teatro durante los años de la dictadura, pero emergería para la gran pantalla en los años ochenta con algunas interpretaciones deslumbrantes.
Pero el hombre que volvía locas a todas las «Mujeres al borde de un ataque de nervios», de Pedro Almodóvar, o la interpretación que le dio el Goya, la del pictórico y decadente «Don Juan en los infiernos» del siempre poético Gonzalo Suárez, son solo la punta del iceberg de una amplia carrera.
Fernando Guillén Gallego nació en Barcelona el 29 de noviembre de 1931, pero pronto se trasladó a Madrid, donde recibió su formación. Primero pensó en recitar ante un tribunal como abogado, pero pronto cambió sus estudios de Derecho por las clases de declamación en el Real Conservatorio de Madrid. En los ochenta llegó su momento en la gran pantalla. «Asalto al Banco Central», de Pedro Costa, o «La estanquera de Vallecas», de Eloy de la Iglesia, reivindicaron al galán para el nuevo cine quinqui. Y entonces aparecieron sus tres directores clave: Pedro Almodóvar, Gonzalo Suárez y José Luis Garci. Con el primero trabajó en cinco títulos, entre ellos, «Todo sobre mi madre». Con Suárez llegó al Goya con la citada «Don Juan en los infiernos», y con el tercero desarrolló una gran amistad y una fructífera relación profesional, con títulos como «El abuelo» (donde coincidió con su hija Cayetana) o «You're the One». También compartieron tertulias en el programa «¡Qué grande es el cine!», en el que Guillén compartió su cinefilia con miles de espectadores.
Otros títulos donde se le pudo ver: con Isabel Coixet en «Demasiado viejo para morir joven» o el de Álex de la Iglesia en «Acción mutante».