Los diputados griegos no habían votado aún, al cierre de esta edición, la creación de una comisión parlamentaria para investigar el escándalo en torno a las cuentas en Suiza de dos millares de griegos, un escándalo que partió de la publicación de una lista recopilada por un exempleado del banco suizo HSBC con los nombres de potenciales evasores fiscales.

El empleado del banco Hervé Falciani -arrestado en julio en Barcelona a petición de las autoridades suizas-, entregó la citada lista con información a las autoridades francesas y a la entonces ministra de Finanzas, Christine Lagarde, hoy directora gerente del Fondo Monetario Internacional, que la compartió con sus colegas europeos.

Entre los nombres destacan los de dos exministros conservadores; el de un consejero del primer ministro, Andonis Samaras, y el del editor y propietario de la mayor empresa de construcción de Grecia, Giorgos Bobolas, además de los de los hijos de este, informó Efe.

Si bien todavía no hay pruebas de que se tratara de dinero no declarado al fisco, las circunstancias que han rodeado el caso son las que han constituido el escándalo en sí.

No solo la existencia de cuentas voluminosas en Suiza en un momento en que Grecia atraviesa su peor crisis económica, sino el hecho de que el Gobierno ocultara su existencia -la versión oficial es que el pendrive con la información en cuestión fue «olvidado» durante dos años en un cajón ministerial- han asestado el golpe final a la de por sí escasa confianza de la población en sus políticos.

Durante la maratoniana sesión parlamentaria de ayer, el exministro de Finanzas griego Giorgos Papaconstantinu, del PASOK, aseguró que no falsificó la llamada «lista Lagarde» y que no sabía que en ella estaban incluidos algunos parientes suyos, y dijo no estar dispuesto a convertirse en el «chivo expiatorio de todo un sistema político».

Falta de voluntad política

Papaconstantinu aludió a lo que calificó de falta de voluntad política para hacer frente a la evasión fiscal durante decenas de años, lo que, a su juicio, ha provocado el colapso de la economía griega.

«Nunca he visto el total de la lista Lagarde», aseguró Papacostantinu, quien explicó que el cedé que le entregaron las autoridades francesas con la información en cuestión lo entregó a sus colaboradores para que lo copiaran a un pendrive y extrajeran algunos nombres con los depósitos más importantes.

«Me dieron los nombres de veinte personas, cuyos depósitos sumaban la mitad del monto total de los 2.000 millones de euros» del alrededor de dos millares de griegos con cuentas en ese banco, precisó el exresponsable de Finanzas, quien previsiblemente será llamado a declarar ante la comisión.

Según Papaconstantinu, en esa relación de veinte nombres no figuraban sus parientes, y aseguró que se enteró de que formaban parte de la lista general al mismo tiempo que el resto de la población griega, a través de los medios.

Los nombres de dos familiares del exministro desaparecieron en algún momento del pendrive, lo que motivó su expul- sión inmediata del PASOK.

El Parlamento griego debía decidir ayer si crea una comisión parlamentaria para investigar si hubo una responsabilidad penal de políticos en este escándalo.

Los diputados tenían que depositar sus votos en cuatro urnas distintas, con los nombres de los políticos que deberán comparecer ante la comisión, una cuestión que en los últimos días ha enfrentado a los partidos de la coalición gubernamental y a los de la oposición.

Entre los que podrían ser llamados a declarar están, además de Papaconstantinu, su sucesor al frente de Finanzas, Evángelos Venizelos, ahora líder del PASOK y socio del Gobierno, así como los ex primeros ministros Yorgos Papandreu y Lukas Papadimos.