El adiós a las tres kurdas ejecutadas, un multitudinario clamor por la paz
Las tres activistas kurdas ejecutadas la semana pasada en París recibieron ayer un sentido homenaje en una ceremonia fúnebre en Diyarbakir, a la que asistieron decenas de miles de personas y en la que el pueblo kurdo reafirmó su compromiso con el diálogo entre el Gobierno de Turquía y Abdullah Oçalan y reiteró su llamamiento a la paz. «Querían la paz y fueron asesinadas. Seguiremos trabajando por la paz», aseguró Ismail Cansiz, padre de Sakine Cansiz, una de las fallecidas.
GARA | DIYARBAKIR
Una multitud abarrotó la plaza Batikent de Diyarbakir para despedir a Sakine Cansiz, Fidan Dogan y Leyla Saylemez, las tres activistas kurdas ejecutadas el 9 de enero en París, cuyos cadáveres fueron recibidos por 20.000 personas la víspera a su llegada a la capital de Kurdistán Norte. Hoy serán enterradas en sus respectivas localidades natales.
En un ambiente de profunda tristeza, la mayoría de los presentes, hombres y mujeres de todas las edades, vistieron de luto como señal de duelo y con un pañuelo blanco, símbolo de paz y esperanza, al cuello o en la cabeza.
Las tiendas permanecieron cerradas e incluso se detuvo el tráfico con el objetivo de «parar la vida» en la ciudad durante la ceremonia.
Desde la céntrica plaza se lanzaron proclamas a favor de la paz, cuando el incipiente diálogo entre el Gobierno de Turquía y el líder kurdo preso en la isla prisión de Imrali, Abdullah Oçalan, da sus primeros pasos.
«Querían la paz y fueron asesinadas. Continuaremos trabajando por la paz. Una paz que una a kurdos y turcos. La guerra es mala. La condenada guerra», dijo a la multitud Ismail Cansiz, padre de Sakine Cansiz, una de las fundadora del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), ejecutada en París.
Los féretros de las tres activistas fueron portados a hombros y colocados sobre tarimas, cubiertos por la bandera kurda y claveles rojos, mientras sus rostros se multiplicaban por toda la plaza entre los 200.000 congregados, según los organizadores. Las mujeres, en primera fila coreando consignas como «los mártires son inmortales», «el PKK es el pueblo y el pueblo está aquí» o «el combate nos hará libres», mientras algunos manifestantes gritaban «venganza».
Coraje y paciencia
Los oradores llamaron a tener «coraje y paciencia» para un cese de las hostilidades y reafirmaron el compromiso del pueblo kurdo con el incipiente diálogo que puede poner fin al largo conflicto político.
El copresidente de la mayor formación kurda, el Partido de la Paz y la Democracia (BDP), Selahattin Demirtas, dijo: «Ante el cuerpo de nuestras mártires declaramos nuestra disposición a la paz». «La paz necesita coraje. Y este pueblo tiene coraje y está dispuesto a la paz», subrayó.
«El pueblo kurdo ha dado hoy una prueba de su voluntad a favor de la paz», insistió Demirtas. «El movimiento kurdo no se ha apartado de la paz. Este pueblo apoya las negociaciones», aseguró, al tiempo que invitó al «indeterminado» primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, a escoger entre guerra y paz.
Sin embargo, pese a la reafirmación del apoyo a este proceso, los kurdos se muestran divididos después de los repetidos fracasos de los últimos años. tal y como constató AFP entre los manifestantes.
«Me pongo la bufanda blanca como signo de paz. Estos asesinatos contra la paz no han matado la esperanza de una solución» al conflicto, indicó Cebri Hiçyilmaz, un técnico de 45 años.
Pero su esperanza era escepticismo ante las verdaderas intenciones de Erdogan, en el caso de un joven trabajador de 22 años. «Erdogan dice que quiere la paz, pero mientras tanto sigue matando a combatientes del PKK», recordó antes de ser interrumpido por un hombre enojado que señaló que «si quisiera la paz no enviaría 25 aviones de combate a bombardear los montes Qandil», en referencia a los ataques de la Fuerza Áerea turca el lunes y el martes contra los bastiones del PKK en Kurdistán Sur, los más intensos de los últimos años.
Erdogan había alertado ante posible incidentes y el riesgo de provocaciones, al tiempo que pidió a los kurdos que no convirtiera el acto en una demostración de fuerza y reiteró que seguirá persiguiendo al pueblo kurdo, pero al mantener a su Policía a distancia no se registraron problemas. Demirtas respondió el miércoles a la advertencia de Erdogan al sostener que «la provocación hasta el momento siempre ha venido de las fuerzas de seguridad y de las autoridades, no del pueblo».
El Gobierno de Irán negó el miércoles estar detrás de la ejecución de las tres activistas kurdas en París. El portavoz de Exteriores, Ramin Mehmanparast, achacó las informaciones publicadas en ese sentido a medios prosionistas que «pretenden minar las buenas relaciones» entre Ankara y Teherán.