Para entender el nivel de competitividad en esta primera fase baste señalar que ayer se registraron el doble de resultados decididos por un gol de diferencia (2) que en los 42 partidos anteriores (1). La llegada de duelos directos entre rivales europeos, buscando la mejor clasificación para los cruces de octavos, contribuyó a ello. Y eso que España batió a Hungría por 6 tantos, aunque la diferencia se fraguó en los últimos 10 minutos, cuando se pasó del 20-21 al 20-28, con protagonismo de la primera línea «suplente», y 6 de los 7 goles de ese 7-0 en la cuenta de Antonio García, Ruesga y Montoro. Hungría creó muchos problemas al 6:0 inicial español, hasta que Valero Rivera ordenó una mixta de Ariño sobre Nagy que corrigió el rumbo.

Rutenka volvió a marcar 9 goles para Bielorrusia, pero tampoco esta vez fueron suficientes para ganar, porque Eslovenia desnivelaba el marcador en el último minuto por medio de su extremo Gajic (su máximo anotador, 8 de 9), haciéndose además con el liderato del grupo.

El tercer duelo interesante del día enfrentaba a Polonia y Serbia, también en busca del mejor posicionamiento posible para octavos, y el gol que decidió el partido lo marcó el extremo zurdo polaco Orzechowski (5 goles en total) a dos segundos del final. Serbia tenía el triunfo encarrilado (15-19 en el minuto 40), pero el pivote Bartosz Jurecki, con 9 goles de 9 remates (6 en la segunda parte) lideró a su equipo en la remontada, que se materializó casi con la bocina. Ilic (9) y Prodanovic (6) fueron los mejores anotadores serbios.