Los daños del Prestige fueron «inevitables», según Álvarez-Cascos
GARA | A CORUÑA
El exministro español de Fomento Francisco Álvarez-Cascos eludió ayer toda responsabilidad en la catástrofe medioambiental causada por el accidente del Prestige en noviembre de 2002, aseguró que su gestión de los ocurrido fue la más correcta y sostuvo que los daños causados por el siniestro del petrolero fueron «inevitables».
En su esperada comparecencia ante el tribunal que la Audiencia de A Coruña que juzga los daños causados por el Prestige, Álvarez-Cascos defendió las decisiones adoptadas por las autoridades marítima españolas, que ordenaron al barco alejarse de la costa. En su opinión, cualquier otra decisión hubiera tenido consecuencias «más graves», aunque aclaró que conoció la decisión una vez adoptada, ya que, insistió, él no tomó las decisiones «técnicas».