Al menos nueve personas murieron en Suez durante los disturbios, que se se vivieron también en la mayoría de provincias egipcias, en un día en que se conmemoraba el segundo aniversario de la revolución. El número de muertos podría aumentar ya que en Suez varios heridos se encontraban graves y continuaban los incidentes durante la noche. Según Sanidad, el número de heridos en todo el país superaba los 300, la mayoría en El Cairo, con 82, donde los incidentes se extendieron por las principales calles del centro, sumergido en los gases lacrimógenos. Algunos manifestantes intentaron quitar las alambradas de la entrada del Palacio Presidencial

Enfrentamientos esporádicos tuvieron lugar durante todo el día cerca de la Plaza Tahrir, donde miles de personas exigieron una «verdadera democracia». La movilización de rechazo al presidente islamista del país, Mohamed Morsi, y a los Hermanos Musulmanes por querer acaparar el poder, unió a una amalgama de manifestantes, desde miembros de partidos de oposición, ultras de fútbol que interrumpieron la circulación del metro, o nostálgicos de Mubarak.

Un enorme cartel se desplegó en la plaza con la inscripción «El pueblo quiere derrocar al régimen», mientras la multitud reclamaba la dimisión de Morsi, como lo hizo con Mubarak hace dos años.

En Ismailiya, los manifestantes prendieron fuego a la sede local del Partido por la Libertad y Justicia, formación de los Hermanos Musulmanes, e invadieron la sede de la gobernación. Edificios públicos también fueron atacados en otras localidades.