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BIGUNE NACIONAL EN IRUN

Herrira busca un gran acuerdo social para dar pasos efectivos

Herrira aprobó ayer en Irun, en su primer Bilgune Nacional, un programa para 2013 en el que sobresale la apuesta por «un nuevo acuerdo social mayoritario para la superación de las medidas de excepción». Parte de un balance de 2012, su primer año, agridulce en la medida en que no se ha logrado el objetivo, pero en el que se ha mostrado la potencialidad del movimiento y han surgido nuevas condiciones.

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Imanol INTZIARTE-Ramon SOLA | IRUN

Un año después de su creación, el movimiento Herrira celebró ayer en Ficoba su primera reunión nacional, que sirvió de cita para todas las estructuras locales que se han ido creando en este tiempo. Los en torno a 300 participantes aprobaron el balance de 2012 y el programa para 2013, un año en el que Herrira se centrará en «articular un nuevo acuerdo social mayoritario para la superación de las medidas de excepción».

Fue una larga mañana, ya que los debates arrancaron sobre las 9.30 y se prolongaron durante casi cinco horas. Los portavoces Ane Zelaia y Fran Balda hicieron un receso para comparecer brevemente ante los medios y explicar que en el recinto ferial se habían dado cita representantes de unas 200 asambleas locales de Herrira.

«La movilización del 12 de enero -reseñaron- supuso un punto de inflexión de cara a acabar con esta política penitenciaria, porque ha generado debate, nuevos consensos y movimientos políticos e institucionales». Y es que este Bilgune llega apenas dos semanas después de la movilización de Bilbo que reunió a cerca de 115.000 personas y mostró con ello de nuevo la prioridad social de la cuestión de los presos y exiliados.

Zelaia y Balda apuntaron que «la sociedad vasca dio un paso muy importante en las calles de Bilbo, y podemos decir que hoy nos encontramos en una nueva situación: ya está claro el mandato social, y ahora lo que nos toca es dar pasos efectivos para cumplir con ese mandato y terminar con las vulneraciones de derechos. Y esa es una tarea que nos corresponde a todos los agentes políticos, sindicales y sociales, y también a las instituciones».

«Ha quedado demostrado que la movilización ciudadana genera nuevos escenarios. Y en lo que nos toca como movimiento, nos hemos propuesto seguir sumando aportaciones y compromisos a la pancarta de los derechos humanos, la resolución y la paz. Por eso, vamos a seguir trabajando con la ciudadanía, con todos los agentes políticos, sindicales y sociales, y ahora el reto que tenemos es llevar la fuerza y la ilusión de las calles de Bilbo a todos los pueblos, ciudades y barrios».

En esta línea, el documento debatido ayer aboga por «consensuar una hoja de ruta real y materializable para que la ciudadanía participe activamente en la presión popular para la superación de las medidas de excepción».

Flexibilidad

Herrira asume que para alcanzar esa suma se deberá «acordar de manera flexible el punto de partida, los objetivos, formas de movilización...» Plantea que se visualice en iniciativas concretas y también que conlleve «herramientas de sensibilización adecuadas».

En paralelo, el movimiento se marca el objetivo de «aumentar la presión hacia los gobiernos para terminar con las medidas de excepción», redoblando esfuerzos tanto en Euskal Herria como en el ámbito internacional e «ideando y acordando nuevas fórmulas para la suma de fuerzas».

Se fija también otros dos objetivos más. Por un lado, asegurar la asistencia y la solidaridad hacia presos, exiliados y familiares, no solo económicas, sino también afectivas, materiales, etcétera.

Por otro, seguir organizando y fortaleciendo el movimiento Herrira, que se define como «participativo, amplio y plural», además de basado en la autonomía local.

De cara a todo ello, se concede gran importancia a apartados como el de las «Relaciones», para las que se marcan una serie de principios significativos. Por ejemplo, Herrira incide en que deben basarse en la continuidad (no ser algo puntual), en la flexibilidad, en la doble direccionalidad («escucha activa»), en los puntos de acuerdo, en el respeto, en la vocación de llegar a todas las fuerzas o en la pluralidad («nuestro objetivo no es que nuestros interlocutores se conviertan en clones nuestros. La pluralidad debe tener cabida en un ámbito donde podamos compartir unos objetivos comunes»).

Resultados y oportunidades

La línea de acción para 2013 parte obviamente del análisis de lo conseguido y lo no conseguido en 2012. El informe de Herrira admite que «no hemos logrado el objetivo de empezar a superar las medidas de excepción», pero subraya que «el tema ha estado muy presente en el debate político», como muestran los casos de Iosu Uribetxeberria o de Inés del Río.

«Los gobiernos sienten la presión social, aunque todavía les es sostenible mantener la política penitenciaria. Se han generado contradicciones», apunta uno de los párrafos del documento.

También se destaca positivamente que «la mayoría de la sociedad vasca está de acuerdo con la necesidad de superar las medidas de excepción» y que «han surgido nuevas situaciones y oportunidades», como la resolución de Estrasburgo sobre la tafallesa Del Río.

Un apunte interesante es el que se hace al caso de Iosu Uribetxebarria, del que se concluye que «lo que busca el Estado es el esquema del enfrentamiento y el pulso. A pesar de que se ha gestionado bien la dinámica de respuesta, y de que se han articulado fuerzas de forma cuidada en la dinámica popular, ha quedado en evidencia que el esquema que quiere imponer el Gobierno no es el que nos interesa de aquí en adelante».

La estructuración y desarrollo del movimiento también se valoran positivamente, por diferentes factores: la extensión local (en la iniciativa de las plazas de mayo de 2012 participaron 232 pueblos y ciudades); el logro de «activar a gente que estaba desactivada hace tiempo»; el «salto cualitativo enorme en Ipar Euskal Herria»...

Como constataciones de este año cabe destacar estas dos afirmaciones: «La situación es dinámica, conseguiremos traer a casa a todos los presos y exiliados paso a paso» y «no podemos alimentar el esquema de vencedores y vencidos. Tenemos que subrayar la idea de que ganan los derechos humanos, la resolución del conflicto y la paz estable. Más que Herrira, gana la ciudadanía».

comunicaciÓn

Herrira apuesta por un modelo de comunicación «nuevo y novedoso, abierto, alegre, muy fresco, plural, popular, con reivindicaciones claras». El objetivo es sumar, por lo que no hace suyos símbolos identificados a sectores concretos.

EN CADA LUGAR

Se trata de un movimiento extendido a toda Euskal Herria, pero que «ofrece respuestas adecuadas a las características propias de cada lugar: Bilbo, Orexa, Zarautz, Agurain, Gaubea, Tutera, Leitza, Beskoitze, Hendaia, etc.», enumera.

TRABAJO INTERNACIONAL

Herrira fija este área como otro de sus pilares: «Queremos conformar un grupo de interlocución amplio a nivel internacional, compuesto por personas cualificadas, que dominen diferentes ideas,con ganas y disponibilidad de viajar».

«Está claro el mandato social, y ahora lo que nos toca es dar pasos efectivos para cumplir con ese mandato y terminar con las vulneraciones de derechos»

«Nos hemos propuesto seguir sumando aportaciones y compromisos a la pancarta de los derechos humanos, la resolución y la paz»

El 20 de marzo a Bruselas, y el 18 de mayo nueva iniciativa descentralizada

Junto a la línea y criterios de acción, Herrira ha definido para este año una serie de «puntos de inflexión», que define como «los momentos más importantes para conseguir un avance significativo en los objetivos que nos marcamos». De momento ya se anticipan dos iniciativas importantes. Una todavía por concretar pero que llevará la reivindicación a Bruselas, la sede de la Unión Europea, el 20 de marzo, y otra en Euskal Herria de carácter descentralizado el 18 de mayo, asemejable a la que el año pasado por esas mismas fechas llenó más de dos centenares de plazas a la vez.

Estos «puntos de inflexión» no se entienden como iniciativas puntuales, sino como eslabones de una misma cadena, a modo de avances paulatinos y teniendo siempre muy presentes cuáles son los objetivos de Herrira.

El documento aprobado habla también de la urgencia de incrementar acciones de desobediencia civil. Y también alude a momentos importantes para el movimiento como los Herrira Eguna o el propio Bilgune Nacional.

Superado ya el verano, se plantean dos grandes movilizaciones, como ya ha ocurrido durante este 2012: una primera en otoño en Ipar Euskal Herria y otra segunda en invierno en el sur, como interpelaciones directas y masivas a los gobiernos francés y español. En relación a esta segunda, se apunta la posibilidad de «cambiar el molde de las movilizaciones realizadas en Bilbo en los dos últimos años».

Cabe recordar que tanto la del 7 de enero de 2012 como la del 12 de enero de 2013 han provocado un auténtico colapso en la capital vizcaina, reuniendo en ambos casos a más de 110.000 personas y desbordando el propio recorrido de las movilizaciones. R.S.

RED de sustento

Mientras se consigue traer a casa a presos y exiliados, el movimiento se compromete a impulsar la asistencia para «hacer frente a su extrema situación» mediante ayuda de diferente tipo: económica, juridica, sanitaria, humana, etcétera.

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