Raimundo Fitero
Golfos
Los partidos políticos hacen un casting para elegir a los que van ocupando las labores de portavocía por escalas de valor, importancia y relevancia, Es una jerarquía que se va configurando a base de cinismo, capacidad de mentir, probabilidades de ampliación de reacciones positivas, empatía subliminal y otros factores de las nuevas ciencias de la incomunicación política, en las que lo importante es que se creen tejidos de células muertas para impedir los incendios en el cuerpo central del partido al que defienden, porque casi siempre se trata de actitudes de bloqueo, nunca de iniciativas en positivo.
En todos los partidos, ya digo, aparecen, desaparecen, se queman o se inmolan señoras y señores cuya misión es salir a los medios a transmitir justo lo contrario de lo que sucede en realidad. Son los que de alguna representan la posición oficial, pero que después los tertulianos, columnistas de cada pesebre, se dedican a rotular en sus medios y a completar el prospecto del mensaje caduco. Antes estaban los gabinetes de prensa, organismos que han quedado obsoletos o como simples gestores de las redes sociales, pero se necesita que salgan rostros, caras, y se recomienda que se gradúe la presencia, hasta que llega el líder y solamente dice soplapolleces.
En el partido veleta, ese que no sirve ya ni como para gobernar ni para ser oposición, que ficha a figuras literarias, tienen a Óscar López, otro López, que se está convirtiendo en un fajador de primer orden que va y dice con voz altanera que en el PSOE «cuando detectamos a un golfo, lo expulsamos, y espero que Rajoy haga lo mismo con los golfos del gobierno». O sea, que hay una teoría sobre la detectación y expulsión de golfos . Lo malo es que todavía no hay literatura de referencia autorizada para delimitar qué es golfo en el terreno de la política partidista. Porque me temo que golfo es solamente aquél al que lo pillan. Mientras haga golferías y no lo pillen y beneficie a muchos, es decir a los partidos, o sea, para dejarlo claro, a los que cobran de los partidos, es un militante ejemplar. El dinero de la corrupción es para pagar sueldos millonarios a sus dirigentes. Nada más.