El Málaga hace diez días y la Real hace apenas una semana convirtieron la teoría en ley. No hay nada imposible, se aseguraba, ni siquiera hacer hincar la rodilla al todopoderoso Barcelona. Pero nadie lo había demostrado hasta que los andaluces le levantaron dos goles de ventaja en su propio estadio en la cita copera de la semana pasada -luego tuvieron que sufrir la venganza culé, claro- y, sobre todo, hasta que la escuadra txuriurdin se convirtió, 20 jornadas después, en la primera capaz de derrotar a los catalanes.

¿De qué le sirve eso a Osasuna? En un plano efectivo de bien poco, la verdad. Pero al menos ofrece algún argumento al corazón en su pugna con la cabeza. Esta lo tiene claro. Todo lo que no sea perder, o incluso salir goleado, del Camp Nou, es prácticamente imposible. Al corazón le resulta más complicado resistirse al optimismo. No solo porque otros hayan señalado el camino tan recientemente, sino porque el propio Osasuna se sabe capaz, aunque necesite la alineación de todos los planetas de la galaxia, de hacer sudar tinta al más peligroso de los rivales.

Esta tarde necesitará a ambos a pleno rendimiento. Caliente el corazón, bombeando sangre a las piernas incesantemente, y fría, muy fría la cabeza. Porque teniendo en cuenta, como reconocía ayer José Luis Mendilibar, que ante el Barcelona «no hay una forma de jugar», ni un «método para decir voy a perder solo por 1-0», y que normalmente no queda más remedio que jugar «como nos dejen ellos», la concentración, la paciencia, el aguante y, en cierta medida, la despreocupación -en lo referente a la falta de complejos- son más importantes que nunca. «Hay que estar tranquilos y no presionarnos a nosotros mismos -subraya Mendilibar-. Hay que saber lo que tenemos enfrente y no cometer errores». Y tener el descaro suficiente para no hacer compañía permanentemente a Andrés, pero también la concentración necesaria para no regalar balones y replegarse a la velocidad del rayo. Y es que, como admite el técnico rojillo, «no hay una forma de jugar contra el Barcelona». «Si te metes atrás, no llegas al área contraria. Y si vas arriba, igual parece un coladero. Sobre todo tenemos que intentar finalizar las jugadas de ataque porque ellos tienen muy buenos jugadores que te pueden hacer daño en cualquier momento pero sobre todo cuando te roban el balón, cuando tienen más espacios». El único antídoto posible pasa por «intentar ser honestos con nuestra forma de jugar y de verdad creerlo, salir sin complejos, pero sabiendo lo que tenemos enfrente».

Y confiando en que corazón y cabeza jueguen una mala pasada al rival. No es lo habitual en un equipo que compite al máximo hasta en el trofeo de la galleta, pero con la Liga encarrilada cuando no sentenciada, una semifinal de Copa frente al Real Madrid a tres días vista y la llegada de un equipo sin excesivo cartel, tampoco hay que descartar por completo la relajación de los culés, a lo que hay que añadir la posible ausencia de algunos titulares habituales en el once inicial. «No creo que quieran perder la ventaja que tienen en Liga en dos semanas», descarta Mendilibar, que tampoco se confía por el cambio de fichas. «Son tan buenos los que juegan habitualmente como los que juegan menos. Da igual».

Viaja Silva, fuera Armenteros

Tampoco parece que Jordi Roura vaya a dejarse demasiados pelos en la gatera. Ni siquiera a Leo Messi que, superados sus problemas físicos, partirá en el once inicial. Sí estarán en el banquillo, en principio, Xavi o Iniesta, mientras Piqué, sancionado, se quedará en la grada.

También Osasuna llega sin algunos habituales. A la ausencia ya conocida del sancionado Damià se unió ayer la de Armenteros, con problemas musculares en el muslo izquierdo. Nano y De las Cuevas ocuparán, o eso parece, sus vacantes. Cualquiera hace pleno con Mendilibar, que además ha viajado con 19 hombres. Incluyendo al Gato Silva. «Lo normal es que no tenga ritmo -admite-, pero tiene cosas buenas y un fútbol que nos puede venir bien».