Desde finales de los sesenta podría decirse, en líneas generales, que  la izquierda parece haber desaparecido o estar en estado de letargo invernal, a no ser por ciertas posturas muchas veces testimoniales y minoritarias, y en muchos casos puntuales. En lo que hace al marco de la macropolítica, dejando de lado las luchas sectoriales, y me refiero al sistema capitaloparlamentario –que diría Alain Badiou– la división entre derecha e izquierda se ve encorsetada por las reglas de juego dictadas por el neoliberalismo: resultando intercambiables los programas de ambos polos  si se exceptúan –y que se me permita la expresión– asuntos «de cintura pabajo» –aspectos que conste, no son desdeñables para nada– y a algunas disputillas en lo espiritual (que si religión a tope o en pequeñas dosis…). Así pues, la izquierda «oficial» ha sido engullida por la reacción neoliberal y se ha convertido en dócil gestora de los negocios del  voraz capital.  El escenario parece así estar copado por  neoliberales de izquierda y de derecha.

Pues bien, se acaba de traducir, oportunamente y con encomiable rapidez desde su fecha de aparición (2011), un libro que puede resultar una útil «caja de herramientas» -por adoptar la expresión foucaultiana- para conocer las distintas perspectivas que se mueven en el terreno de una izquierda que se considera consecuente, y dispuesta a desmarcarse del neoliberalismo de izquierdas imperante del que hablaba líneas más arriba. Aprovecha el volumen muchos artículos y entrevistas que aparecieron en una necesaria y desaparecida revista, «Revue internationale des livres et des idées» (información, dicho sea al pasar, hurtada a los receptores de esta edición). Muchos de los artículos presentados se refieren a ensayos y a sus autores y son entrevistas a estos con el fin de analizar sus obras. Sin poder extenderme por cuestiones de espacio, mencionaré algunos de los nombres más notorios de entre los teóricos presentes: Giorgio Agamben, Daniel Bensaïd, Antonio Negri, Michael Hardt, Slavoj Zizek, Etienne Balibar, Jacques Rancière, Alain Badiou, junto a otros muchos.

Los materiales recogidos son de gran interés en lo que hace a los análisis relacionados con temas tan esenciales como la globalización neoliberal, los tiempos de la ecología política y el decrecimiento, la crítica del trabajo, del capitalismo y la producción de lo común, el «post-marxismo», el gusto por la experimentación, el espantapájaros de la galaxia post, las políticas minoritarias, para finalizar con la interrogación acerca de si es posible hoy una crítica verdaderamente crítica. Si digo que el atractivo volumen se cierra con una interrogación que no se malentienda: los interrogantes son continuos atravesando de principio a fin todo el libro; aquí no hay recetas sino reflexión, debate de ideas, y múltiples vías que se abren ante nuestros ojos lectores.

Quizá alguien podría aducir que da la impresión de que estamos ante un libro de pura cháchara teórica. Cierto es que los trabajos se mueven en el terreno de la práctica teórica, pero sus defensores no viven en sus respectivas torres de marfil sino que son gentes implicadas en los combates de hoy, con lo que el círculo se cierra entre aquella afirmación de que la práctica sin teoría es ciega y que esta si no prende en las masas no se convierte en una fuerza material transformadora.

Concluiré diciendo que tomo prestado el título del presente comentario de un libro que complementa, y completa extendiendo la nómina de autores presentados, al presentado y que está esperando su necesaria traducción: «Hémisphère gauche. Une cartographie des nouvelles pensées critiques», de Razmig Keucheyan (Zones-La Découverte, 2010). Obras en las que la confluencia de posturas de izquierda radical y la constitución de saberes críticos pueden contribuir a abrir nuevos enfoques, nuevos horizontes para la emancipación, y más amplios conocimientos acerca de lo intolerable del mundo en que vivimos.