La 58ª edición del Cross Internacional de Donostia apunta a una mañana de campo a través puro, con barro en abundancia, temperaturas frías -aunque no heladoras- y probables triunfos africanos sobre un circuito de hierba que estará pesado.

Teklemariam Medhin, vencedor en 2009, puede vestirse su segunda txapela emulando a su célebre compatriota Zersenay Tadesse, que metió a Eritrea en este palmarés en 2003 y repitió 3 años después. Los dos únicos eritreos que han vencido en el hipódromo tienen cosas en común. El mayor de los Tadesse, el primer eritreo que se colgó una medalla olímpica y es un fenómeno en medio maratón, llegó a ser campeón mundial de cross, mientras Medhin se quedó en subcampeón pero los dos se han dejado ver por las finales olímpicas. Para repetir aquí, Medhin tendrá que superar a otro compatriota, Mesel, a Thomas Ayeko -que opta a ser el primer campeón ugandés en el hipódromo, que sí tiene una campeona femenina-, y a un par de etíopes -Moleta y Kelu-.

Animando la prueba deberían estar los portugueses Santos, Pinto y Jesús, los españoles Sergio Sánchez y Penti, y el alavés Iván Fernández, que lleva un buen invierno y acostumbra a quedar el primer vasco.

En categoría femenina reinan las obstaculistas. La etíope Sofia Assefa, la keniata Milcah Chemos y la portuguesa Clarisse Cruz ponen el toque olímpico al previsible duelo en el que se va decidir la victoria, seguramente entre las africanas. Curtidas en los 3.000 metros obstáculos, Assefa fue medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, mientras Chemos quedó cuarta y Cruz decimoprimera en la misma carrera. Cinco meses después coincidirán en un escenario bien distinto, que ya conoce la keniata Chemos pues repite en Donostia después de entrar segunda en 2012. Puede ser un punto a su favor. La etíope Waka, última vencedora en el asfalto de la Gimnástica de Ulia, también puede ganar.