Hombres armados mataron ayer a dos soldados y secuestraron a tres más en Faluya (oeste de Irak), donde el Ejército mató el viernes a siete manifestantes, causando así las primeras víctimas de la represión de las protestas contra el primer ministro del país, Nuri al Maliki, iniciadas hace semanas.

Según el coronel de la Policía Mahmud Jalaf, varios hombres armados atacaron puestos de control al este, al oeste y al norte de la ciudad, secuestrando a tres soldados. La policía halló el vehículo usado por los atacantes pero desconocía el paradero de los militares.

Al mismo tiempo, miles de personas participaron en los funerales de los siete manifestantes muertos al grito de «¡Oye Maliki, somos gente libre!» o «¡Aprende de Bashar!», refiriéndose al presidente sirio Bashar al-Assad. «No me conformaré con las indemnizaciones del ministerio de Defensa. Quiero a mi hijo vivo, ¡esa es mi exigencia!», exclamó Ali Jalaf al Ani, padre de Omar, uno de los manifestantes fallecidos.

Desde hace semanas, manifestaciones en zonas mayoritariamente sunitas, que cuentan con el apoyo de partidos miembros del gabinete de Maliki, piden la renuncia del primer ministro.

El primer ministro acusó a los manifestantes de haber hecho «crecer la tensión», asegurando que los soldados habían sido «atacados» el viernes, antes de la muerte de los manifestantes.

A las manifestaciones que se iniciaron tras el arresto del guardaespaldas del ministro de Finanzas, el suní Rifaa al Isawi, se suman las críticas de varios ministros a Al Maliki, al que acusan de autoritarismo y sectarismo a pocos meses de elecciones provinciales, los primeros comicios que se celebran en Irak en tres años y que darán una idea de la popularidad de Maliki y sus adversarios.