Se ve que los jugadores del Caja Laboral Baskonia querían decirle a su técnico que sí son capaces de ganar un partido a base de intercambiar canastas. Naturalmente, eso no le hizo excesiva gracia a Zan Tabak, que declaró en sala de prensa que «si jugamos así ante Khimki y Valencia Basket, seguro que vamos a tener problemas». Con todo, el preparador croata no ocultó tampoco que «por la victoria» su disgusto era menor.

También es cierto que la victoria baskonista corrió menos peligro de lo que pone el resultado final. Jugadores como Andrés Nocioni marcaron una diferencia clara con su buena actuación -al menos de cara al aro-; Lampe se enseñoreó en la zona, dominando tanto en anotación como en rebotes. Y cuando el Cajasol quiso contestar a base de lanzamientos lejanos y tiros libres, Nemanja Bjelica ejerció de «cerrador» -así se llaman a los pitchers del baseball que se especializan en lanzar las bolas lo más rápido posible y sin efecto en las últimas entradas del partido- con tres triples desde más de ocho metros. Si la renta baskonista no fue mayor, simplemente se debió a su desidia en defensa y a la hora de cerrar el rebote defensivo.

Novedades y experimentos

Más que el desarrollo del propio partido, el mayor foco de interés estuvo en los diversos cambios que realizó Tabak en la configuración de su plantel. Por ejemplo, dejó a Nocioni y a Lampe fuera del quinteto titular en favor de Pleiss y un imberbe San Emeterio -cumplió su promesa de afeitarse tras la derrota ante el Barcelona-. Lo cierto es que a día de hoy, Pleiss no está al nivel del polaco, de modo que, tras sufrir ante el joven pívot checo del Cajasol Balvin, debió salir Lampe a poner orden. En el cambio de los aleros no hubo tal desfase de rendimiento.

Asimismo, el preparador de Split experimentó con San Emeterio de escolta, compartiendo minutos sobre el parqué con Andrés Nocioni -en parte interpretable como una solución de futuro cuando Oleson se vaya-. Con esa configuración, y un Nocioni rozando el pleno de aciertos -15 puntos en 10 minutos- y superando a Holland por la mano, el Baskonia aventajaba por diez puntos al cuadro hispalense en tiempo de descanso: 41-51.

Naturalmente, el Cajasol no iba a dejarse ganar alegremente, y Aíto García Reneses encontró en el dúo Bogdanovic y Blakney el modo de detener la sangría anotadora de su rival. La verdad es que la ventaja gasteiztarra se mantenía en la decena, con Lampe supliendo a Nocioni como bastión anotador y, junto con Nemanja Bjelica, dando la réplica en el rebote ofensivo. Para cuando el partido entraba en sus últimos diez minutos, el Baskonia se imponía por 62-71.

Curiosos tiempos muertos

El Cajasol echó el resto en los últimos minutos, tanto por parte de Satoransky como de Joan Sastre, que con su buena mano y su habilidad para el juego sin balón, dio varios problemas a los gasteiztarras.

Al hilo de esto problemas creados por el joven alero balear llegaron las quejas de Tabak. «Hay que defender mejor el uno contra uno», repetía el entrenador croata, pero los suyos no parecían muy por la labor de obedecerlo. Más aún, preferían asegurar la victoria, la undécima consecutiva en la Liga ACB Endesa, a través de la anotación. Y fue entonces cuando, otra vez, Nemanja Bjelica decidió que le tocaba aparecer. Es una pena que el serbio se prodigue tan poco en las penetraciones, pero lo cierto es que clavó tres de sus cuatro triples en los últimos minutos, cerrando el partido a base de puro acierto.