GARA > Idatzia > Iritzia> Editoriala

Hay otros modelos si se atiende a razones

La entrevista al profesor Xavier Fageda, experto en política económica y una de las voces más críticas con el tren de alta velocidad en Catalunya, constituye sobre todo una apelación al sentido común. En un país como Euskal Herria, en el que discusiones que deberían afrontarse de forma serena nacen sistemáticamente viciadas por intereses particulares y visceralidades políticas -el propio TAV y la polémica sobre la gestión de residuos en Gipuzkoa son ejemplos de ello-, nunca sobran palabras cargadas de racionalidad que puedan ayudar a sosegar el debate, objetivo posible si se está dispuesto a atender a razones y se busca el bienestar de la sociedad.

Partiendo de esas premisas, los argumentos expuestos por Fageda son contundentes, en tanto se ven soportados por datos contrastables y constataciones empíricas. Afirma el profesor que el tren de alta velocidad es una infraestructura deficitaria, que no genera tráfico adicional y, por tanto, que no cumple con el supuesto papel tractor de la economía que le atribuyen sus defensores. Asimismo, tiende a concentrar la actividad económica en las ciudades más grandes del vector origen-destino y acaba desarticulando el territorio por el que pasa, en la medida en que no para en las poblaciones pequeñas y medianas, y estas se ven afectadas por el perjuicio en la frecuencia de los trenes locales.

Explica Fageda que líneas donde se esperaba un buen rendimiento de la alta velocidad, como la que une Madrid con Sevilla, han ofrecido un resultado negativo desde el punto de vista de la rentabilidad social y muy deficitaria en términos financieros. Si esto ocurre en trayectos con gran volumen de tráfico, ¿qué sucedería en otras líneas con un tráfico enormemente inferior y un ratio coste-beneficio previsto mucho menos halagüeño? Esa y otras preguntas son las que debería permitírsele hacer a la sociedad vasca, a la que sin embargo se le ha hurtado la posibilidad de decidir sobre este proyecto. Tal como expone el profesor, hay otros modelos que podrían ser tomados como ejemplo, como el alemán. El problema es que las instituciones y quienes las rigen no quieren salirse del molde.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo