La intervención militar francesa en Mali centró el inicio de la vigésima cumbre de la Unión Africana (UA) en Adis Abeba, Etiopía, que también será abordada durante la conferencia de donantes que se celebrará el miércoles en la capital etíope. El viernes, el Consejo de Paz y de Seguridad de la UA apremió al Consejo de Seguridad de la ONU a que proporcione una ayuda logística «temporal» de urgencia para acelerar el despliegue de la fuerza africana en Mali.

El jefe de Estado beninés y presidente saliente de la UA, Thomas Boni Yayi, lamentó ante sus homólogos reunidos en esta cumbre la lentitud de la organización a la hora de reaccionar para «defender» Mali y «celebró» la intervención francesa. Más de 6.000 soldados de África occidental y chadianos serán desplegados a corto plazo en el país para reemplazar al Ejército francés, pero siguen llegando a cuentagotas y su despliegue se ve demorado por graves problemas de financiación y logística.

Durante un discurso pronunciado en la ceremonia de apertura de la cumbre, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a las autoridades de Mali a que adopten «un proceso político integral. Esto incluye acordar una hoja de ruta que lleve a la restauración total del orden constitucional».

Ban informó también del envío por parte de la ONU de especialistas militares y políticos.

«Estoy personalmente comprometido a asegurar que la ONU está preparada, una vez que las lamentablemente necesarias operaciones de combate hayan terminado, para llevar a cabo un gran esfuerzo para construir la paz, la gobernación y la reforma del sector de seguridad, la reconstrucción física y la cooperación regional», declaró desde Etiopía

Ayer, soldados africanos procedentes de Níger llegaron en avión hasta Gao. «La toma de control de esta ciudad, que cuenta con entre 50.000 y 60.000 habitantes, por los soldados malienses, chadianos y nigerinos está en marcha», indicó el coronel Thierry Burkhard, portavoz del Ejército francés.

Asimismo, soldados franceses y malienses avanzaban hacia Tombuctú. El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, aseguró que llegarían «pronto» a esta importante ciudad ubicada en territorio tuareg. Desde Santiago de Chile, donde participó en la primera cumbre de la CELAC-UE llamó a la comunidad internacional a implicarse en este conflicto y defendió la medida adoptada por el Gobierno de François Hollande para «detener el avance de los grupos terroristas hacia el sur de Mali y ayudar al país a recuperar su integridad territorial».

Un alto oficial del Ejército maliense dijo a AFP que «las tropas avanzan sin encontrar resistencia, ninguna resistencia».

El Ministerio de Defensa francés confirmó ayer una veintena de ataques en las regiones de Gao y Tombuctú. «Las operaciones aéreas que se vienen realizando desde el sábado tienen el objetivo de proporcionar apoyo a las operaciones que estamos llevando a cabo en Gao y en Tombuctú. En las últimas 36 horas, ha habido casi una veintena de incursiones», indicó.

Al contrario de lo que se dijo durante gran parte del día, negó que hubiera sido alcanzada la casa de Iyad Ag Ghaly -presunto líder de Ansar Dine- en Kidal, así como un campo militar. «Su vivienda sigue en pie. No ha habido ataques en la región de Kidal», afirmó en un comunicado emitido por la tarde.

Posibles actos de venganza

La situación en Mali aún puede degradarse aún más a tenor de las amenazas de algunos de los refugiados contrarios a los grupos islamistas que aplicaron la sharia en sus zonas de control.

«Nos azotaban cuando fumábamos, cuando escuchábamos música. Les haremos pagar lo que nos hicieron. También los azotaremos», prometió Amadou, un joven estudiante. A ello se suman las denuncias de organizaciones no gubernamentales como Human Rights Watch de ejecuciones extrajudiciales por parte del Ejército y otros actos de violencia contra la población tuareg y árabe, que han expresado su temor a las represalias.