«Hay que definir qué tipo de políticas culturales tenemos y queremos»
Músico de Jazz
Juan de Diego (Bilbo, 1968) toca la trompeta y el fiscorno. Actualmente, lidera el cuarteto de jazz groove Trakas, banda con la que ha editado su último disco «Erbestea» (Errabal 2012) y que presentará en directo este jueves en la Bilbaina Jazz Club. También lidera junto a su hermano, el saxofonista Víctor de Diego, el quinteto DeDiego Brothers, grupo con reminiscencias del jazz de los años 60.
Alvaro HILARIO | BILBO
Liderando el cuarteto Trakas, Juan de Diego (Bilbo, 1968) nos visitará este jueves para presentar su último disco, «Erbestea» (Errabal, 2012), trabajo dedicado a recordar el exilio de sus abuelos en 1937. El disco está marcado por el ritmo y la tensión del groove. Jordi Matas (guitarra), Abel Bosquera (Hammond b3) y Caspar St. Charles (batería) son sus otros tres compañeros.
¿Qué encontraremos en su último trabajo, en el concierto del jueves?
Después de «Panza de burro» (Errabal, 2008, donde tocó con guitarra eléctrica y batería) me apetecía tener banda, tener un grupo más armado, que sonará más contundente. Así, en Trakas, hay un órgano (que hace el bajo, los acordes), guitarra y trompeta (que pueden doblar melodías). Me gusta mucho cambiar de formación: lo anterior, el minimalismo, me gustaba mucho, como también me gustó Freaky trio, pero llegó un momento en el que necesitaba la armonía y la contundencia de la banda. Después, te pones a escribir y muchas cosas si van más en esta onda, «groovera»: haces temas que responden a las necesidades del sonido de una banda, pero siempre dejando alguna perla tipo «Fukushima» o «Carrilguiri», temas que salen como salen y que no están pensados específicamente para la banda.
Sus trabajos componen una variada gama de sonidos.
Además de lo que se toca, hay otras cosas que influyen, como el tipo de banda, de formación, que se lleva. Lo bonito de Freaky trio es que fue una banda nacida por casualidad: cada cual estaba en un proyecto y quedábamos para ensayar y «deconstruir», que decíamos: tomábamos temas antiguos, de Louis Armstrong, por ejemplo, y los hacíamos a nuestra manera. Conseguimos tener un sonido propio como grupo y, a partir de ahí, ya podíamos tocar un standar, cualquier cosa. Es un disco más gamberro, de tomar cosas más oídas y darles nuestro toque
¿Cómo definiría groove?
Groove es el ritmo, y, más que el ritmo, la transcendencia, quizás. Cuando algo tiene groove quiere decir que algo camina, que te hace mover, como que realmente esté pasando algo. Es un ritmo repetitivo, es una secuencia. Esto me da a entender que todos estos ritmos -soul, funky- unidos al, por ejemplo, el be bop (algo que ya hizo el gran Lee Morgan, en su momento) hacen que la gente se mueva, pueda bailar.
Siendo músico de jazz, ¿hay que hacer de todo para ganarse la vida?
Me dedico a todo. Aunque no sean muchas, me gusta dar clases. Me gusta hacer las dos cosas. Respecto a si en Euskal Herria se puede o no vivir del jazz, debemos tener en cuenta que dinero sí hay: los festivales (y está bien que existan) suponen una porrada de dinero; ese dinero bien distribuido podría llevar programación estable a, por ejemplo, Bilbo. Si quiero culturizar y educar a las personas hay que ayudar a los clubs vascos. La Bilbaina Jazz Club no necesita mucho dinero para elaborar su programación, que comprende músicos de Catalunya y de EEUU, por ejemplo.
Además, los gustos del público, lo que conoce, también condicionan. En 2012, Yellow Jackets llevaron más gente a la sala BBK que otros músicos vascos de alto nivel siendo la entrada más cara.
Por eso creo en la educación. Gorka Reino y los demás del club de la Bilbaina hacen audiciones para los chavales, les enseñan una trompeta, un saxo. La gente tiene una imagen muy estrambótica sobre el jazz; además existen todos esos clichés de que es aburrido. No discuto que a alguien le pueda parecer aburrido, pero, ¿qué?, ¿Ornette Coleman? ¿Lee Morgan? ¿Coltrane? ¿Weather Report? Todo no puede ser aburrido, estamos hablando de gamas muy diferentes. Si se educa a la gente y se ponen los medios adecuados... Hay que saber para qué se quiere el dinero, qué significa la cultura; ¿Qué quieres, fasto o alimentar, día a día, las necesidades culturales de la gente? Son preguntas que debieran hacerse las diferentes instituciones. Si la cultura ayuda a mejorar la calidad de vida, habrá que invertir en ella. También hay que creer en los músicos de aquí. Pueden decirnos que nosotros no llenamos los recintos; de acuerdo, pero luego se recibe dinero público. Si alguien trae un grupo porque llena, que se haga el business él solo, que arriesgue su dinero. Hay que definir qué políticas culturales tenemos y queremos.
«Nosotros no llenamos los recintos; de acuerdo, pero luego se recibe dinero público. Si alguien trae un grupo porque llena, que se haga el business él solo, que arriesgue su dinero»
«Haces temas que responden a las necesidades del sonido de una banda, pero siempre dejando alguna perla tipo `Fukushima', temas que salen como salen»