Primeros arrestos por el incendio que dejó 231 muertos en una discoteca de Brasil
GARA | RÍO DE JANEIRO
La Policía brasileña arrestó ayer a uno de los propietarios de la discoteca Boate Kiss de Santa María, en la que murieron 231 personas y 112 resultaron heridas, y a dos de los músicos que actuaban en el momento de la tragedia. Según uno de los responsables de la investigación, Sandro Meinerz, los integrantes de la banda Gurizada Fandangueira podrían ser acusados de «homicidio imprudente».
En una entrevista a la agencia de noticias Estado, explicó que, aunque el crimen no es doloso, «es culpa de quien usó la pirotecnia. La banda sí puede ser acusada, porque su actuación es la que produjo el incendio y es necesario comprobar si ellos podían hacer aquello o no».
Uno de los integrantes de la banda encendió durante la presentación una bengala cuyas chispas prendieron, al parecer, en la espuma que actuaba de aislante en el techo del local, lo que provocó el fuego y causó la posterior estampida. Además, la licencia de la discoteca había expirado en agosto pasado y, al menos al inicio, los agentes de seguridad bloquearon la puerta de salida para nadie se fuera del recinto sin pagar la entrada.
El pánico se apoderó de cientos de personas que se pisotearon unas a otras en medio de una nube negra de humo tóxico. Unas 180 personas murieron en los baños, buscando infructuosamente la salida.
Una de ellas fue Joao Carlos Barellos da Silva, que dirigía un sitio en internet que cubría las fiestas de la discoteca Kiss. «Fue un hijo maravilloso. Esto es muy difícil, era mi hijo único, lo crié prácticamente sola porque su papá falleció cuando tenía 8 años. Tuve que reconocerlo entre esa cantidad de cuerpos (...) Este es un dolor que no tiene comparación», manifestó Gelsa Ina Barcelos, madre de una de las víctimas cuyo cuerpo fue encontrado en los baños.
Los habitantes de esta ciudad universitaria, con una población de unas 260.000 personas, colocaron ofrendas florales frente a la discoteca, donde se podían ver montañas de escombros de los muros derribados a martillazos por los equipos de emergencia para intentar salvar a más gente. «Es muy triste, perdí a 13, 14 compañeros de clase. Todo el mundo sabía de esa fiesta en la discoteca», dijo a AFP Felipe, de 22 años.
Del total de víctimas, 24 fueron veladas de manera colectiva en el Centro Deportivo Municipal, adonde fueron llevados los cadáveres para identificarlos.
Sobre el estado de los heridos, el ministro de Salud, Alexandre Padilha, informó que de los 112, 79 seguían en cuidados intensivos. Advirtió de que los próximos días serán «críticos» para los enfermos, ya que muchos aún corren el riesgo de contraer una infección respiratoria grave por el humo inhalado.
Nada más conocer la tragedia, la presidenta, Dilma Rousseff, suspendió su participación en la cumbre de la CELAC en Santiago de Chile para viajar a Brasil, donde decretó tres días de duelo nacional.
Las conmemoraciones programadas en Brasilia por el inicio de la cuenta regresiva a 500 días de la Copa del Mundo de 2014, cuya sede es Brasil, también fueron canceladas por las autoridades locales y la FIFA.