Raimundo Fitero
Togas, mantas
Los juzgados, los personajes llegando, saliendo, subiendo y bajando, o dentro de las salas. Vemos a la familia de Isabel Pantoja y su amor marbellí, en una imagen del neo-costumbrismo español de primer orden. Un médico en activo, Eufemiano Fuentes, que entra y sale con una actitud dinámica de sus citas judiciales, que le rodean decenas de cámaras, que se siente el rey del mambo y que advierte ante su señoría que no solamente eran ciclistas los que acudían a él para que les atendiera, «porque velaba por su salud», sino que también había futbolistas, tenistas, atletas. A buen entendedor pocas palabras bastan. El asunto del dopaje es una rémora que está en plena vigencia con las confesiones a medias de Lance Armstrong, pero con todos los matices ya que en el caso que se juzga, no era delito doparse cuando se descubrió la «Operación Puerto», sino un mero asunto administrativo. Pero si le apuran mucho puede tirar de la manta.
Entre togas y mantas anda la información principal, porque ya sube el nivel de implicación de los miembros vinculados a la familia del suegro de Urdangarin, y nada menos que el secretario personal de las infantas es citado a declarar. Y siguen apareciendo correos electrónicos en donde se demuestra que no se trataba de un desliz esporádico, sino de un plan urdido con estrategia y guardándose pruebas el socio como para ir llegando con la mierda hasta La Zarzuela en donde ven como las cadenas españolas abren con la reina de los Países Bajos abdicando. ¿Quién tiene la manta?