Edurne Eguino Concejala Izquierda-Ezkerra (Iruñea)
¿Por qué no gastamos de otra manera?
Hoy tenemos la oportunidad de gastar de otra manera, no solo en cuanto a las inversiones que proponemos, sino en relación con partidas en las que «sobra» dinero
En diciembre se rechazaron en pleno, por segundo año, los presupuestos presentados por UPN, con valoraciones sobre su contenido antisocial, su continuismo con respecto a la era Barcina y la falta de medidas para afrontar la actual crisis económica, o al menos contribuir a paliar sus efectos en la ciudadanía más vulnerable.
Es cierto que hay menos dinero para inversiones, cada año menos desde 2007, aquel año en que sobraba dinero para invertir, máximo exponente de la era Barcina cuyos años de gobierno han llenado la ciudad de grandes infraestructuras, que luego hay que mantener año a año. Como es sabido, la mayoría de los partidos acostumbran a prometer inversiones cuyo alto coste resta dinero para otras necesidades, o simplemente para dotarlas de contenido y funciones que sirvan y provoquen el desarrollo social y las demandas de los usuarios. Y ante esta situación tan frecuente, nos preguntamos: ¿para qué sirve gastar tanto en infraestructuras si no resultan adecuadas a las necesidades sociales y al uso y disfrute de las personas? ¿No creen que podríamos gastar de otra manera?
Este año 2013, la mayoría del Pleno ya ha aprobado la propuesta de UPN de gastar más de cuatro millones de euros en los parques de Aranzadi y Trinitarios y en rehabilitar una nueva porción de la Muralla. Pero muchas personas somos capaces de ver que gastar en esas obras no es prioritario, dado el escaso presupuesto y la situación socioeconómica. Esa decisión resta capacidad de inversión en los barrios y zonas más olvidadas de la ciudad, cuya situación requiere de medidas urbanísticas y sociales urgentes, y queda menos dinero para hacer reformas en colegios públicos o escuelas infantiles, en polideportivos y otras necesidades demandadas por los barrios.
No nos parece suficiente la excusa de que hay subvenciones europeas para esas obras, que solo esconde la incapacidad de buscar financiación para inversiones más sociales por parte del equipo de gobierno, encabezado por el Señor Maya.
Hoy tenemos la oportunidad de gastar de otra manera, no solo en cuanto a las inversiones que proponemos, sino también en relación con otras partidas en las que «sobra» dinero. Por ejemplo, UPN ha presupuestado muchas plazas vacantes que no va a cubrir y que suponen más de dos millones de euros, y existen muchas partidas «colchón» que si existe voluntad política pueden gastarse de otra manera. Y eso significa disminuir los altos cargos, reducir áreas duplicadas, como la de Urbanismo, derivar partidas de personal vacante hacia el empleo social protegido y el empleo juvenil, ahora que el paro es galopante y que hay muchos trabajos y programas municipales donde hacerlo: por ejemplo en limpieza de edificios, mantenimiento de zonas verdes, ocio y cultura juvenil, fomento del asociacionismo juvenil y prevención de drogodependencias...
Gastar de otra manera significa reforzar equipos de servicios sociales que se encuentran desbordados por el aumento de personas desempleadas y de menores en riesgo de desprotección.
Significa también aumentar el presupuesto para emergencias sociales. Cada día son más las familias que no tienen ingresos para gastos básicos: luz, agua, comida, o para el comedor escolar, la escuela infantil... Es imprescindible poder ayudarles desde las instituciones públicas. Volvemos a la época en la que debemos priorizar la ayuda directa y de emergencia.
Gastar de otra manera es poner en uso las casi 200 viviendas del Ayuntamiento. Algunas están vacías y otras muchas sin acondicionar, pero mientras tanto todos los días conocemos a familias que pierden su hogar mediante órdenes de desahucios y otras que no pueden seguir pagando sus alquileres.
No vale decir que no hay dinero, «cantinela» de quienes gobiernan para recortar y reducir derechos y servicios públicos, antes que resolver las causas que nos han llevado a esta situación.
Sería bueno mejorar los ingresos que tenemos, pero incluso con el dinero que hay se puede hacer mucho, se puede destinar a lo que realmente hace más falta si de verdad nos ponemos a ello, si dejamos de lado las formas de hacer «tradicionales» y miramos de frente a la situación actual.