«Todos estábamos esperando una victoria como la del otro día», reconoce San José
Un calendario para remontar
Los rojiblancos tienen dos buenas oportunidades para sumar frente a Valladolid y Espanyol, antes de viajar a Málaga y recibir a la Real.
Joseba VIVANCO
No es la primera vez que recordamos las palabras del que fuera jugador y entrenador escocés Gordon Strachan, cuando acuñó aquello de que «el mundo parece un lugar totalmente distinto después de dos victorias consecutivas». Incluso para un Josu Urrutia que este mediodía comparecerá en Ibaigane, dentro de sus periódicas comparecencias ante la prensa. En el caso del Athletic han sido un meritorio empate y una holgada victoria ante dos de los gallitos de esta Liga, lo que, sin duda, hacen que el mundo en el Botxo parezca un lugar totalmente distinto.
Cuatro puntos terapéuticos y, sobre todo, la continuidad de un nivel de juego y compromiso que invita a la ilusión a una parroquia ávida de una semana sin penitencia. Pero de la misma manera que tras el pitido final del choque ante el Atlético todo eran parabienes, como diría el malogrado Manolo Preciado, «ni antes eramos la última mierda que cagó Pilatos, ni ahora somos la hostia».
En momentos de zozobra como el actual siempre se recuerda que el fútbol, en este caso el fútbol, es un estado de ánimo. Y ese ánimo, ahora mismo, parece instalarse en positivo en el equipo, en el vestuario. Como cuando un defensor -pongamos el caso del incipiente Laporte- se permite el lujo de driblar al delantero siendo el último hombre o sorprender con una salida de balón cuya pérdida resultaría fatal para los tuyos. Pero la clave de que le salga lo que intenta es la confianza. Y con confianza, sale casi todo. El vivo ejemplo el domingo fue Iker Muniain, que se fue de todos los regates.
Hay buen estado de ánimo, hay confianza, y por mucho que Marcelo Bielsa sostuviera hace poco que «la alegría no es indispensable para jugar», a buen seguro que hasta esta ayuda para enderezar el rumbo. Y ese mapa de ruta señala el Nuevo Zorrilla como próximo destino propicio para seguir sumando. No será un rival sencillo, aunque el Valladolid tenga bajas tan cruciales como la del alemán Ebert.
Un equipo el blanquivioleta al que le gusta adueñarse del balón, tener la posesión, pero un partido propicio para consolidar el nivel de juego y resultados que jugadores y afición del Athletic esperan. La última victoria de los leones allí data de 2007, con dos goles del actual pichichi rojiblanco, Aritz Aduriz. La última visita, en 2009, se saldó con un empate a dos, tantos de Susaeta y el primero en Liga de un por entonces jovencísimo Iker Muniain.
El derbi ante la Real en mente
Cuando hace apenas dos semanas muchos hablaban de salvación de la categoría, ahora escudriñan el calendario de los rojiblancos y salibean al pensar en que los suyos arañen algo positivo de Pucela, teniendo en cuenta que luego deben recibir al Espanyol en San Mamés. Dos partidos donde sería bueno encadenar resultados óptimos cara a viajar después a Málaga y, sobre todo, poder sacar pecho ese fin de semana del 24 de febrero en que la vieja Catedral albergará su último derbi ante los vecinos de la Real Sociedad.
Quien más quien menos en el Botxo oteaba en el horizonte este choque, con muchas más dudas que certezas sobre si este año, en el adiós a San Mamés, la gran temporada de los realistas iba a dejar su agridulce sello de despedida. Si de aquí a un mes el Athletic recupera sensaciones, el derbi puede ser una gran fiesta del fútbol vasco, fuera pero también dentro del verde.
Visitar a un Osasuna que puede seguir jugándose la vida, recibir a un Valencia por ahora renqueante, rendir cuentas a un irregular Getafe y no dejar salir vivo al Granada en La Catedral, terminan de conformar un calendario a corto y medio plazo que si los de Marcelo Bielsa es cierto que han vuelto para quedarse, debería ser suficientemente accesible como para pensar en una remontada.
El de San José, el gol 7.900
El navarro Mikel San José, que reconoció ayer que «todos estábamos deseando una victoria como la del otro día», marcó el domingo el gol 7.900 que se ve en partidos del Athletic en la Liga. Precisamente fue el jugador en comparecer tras el entrenamiento para reafirmar esa idea de que el equipo se encuentra «más animado y con confianza» tras el 3-0 y, quién sabe, si también gracias a la actuación de un par de magos con los que Bielsa les sorprendió el sábado en la concentración previa al partido ante el Atlético. «Nos quedamos sorprendidos. Es algo que no pasa habitualmente, pero fue una experiencia bonita y agradable y nos reímos bastante. Esas cosas que pueden ayudar o no. Si ha servido, mejor; y si hay que repetirlo, lo repetiremos», respondió.
San José sostuvo que «ahora hemos encadenado dos partidos con cuatro puntos y tenemos una serie de partidos donde el equipo lo puede hacer bien e intentar sacar puntos, porque la situación, aunque no es tan complicada, no es la mejor, y si el equipo quiere mirar para arriba necesita puntos», y los próximos aguardan en Valladolid. Los de Djukic, para el navarro, «manejan muy bien el balón, lo quiere jugar y aunque últimamente no está consiguiendo los mejores resultados, es muy capaz de hacerlo muy bien».
Para Valladolid seguro que al equipo le vendrán de perlas los goles de San José, quinto en Liga el domingo. «Es algo de casualidad. No es normal que un defensa haga tantos goles, aunque siempre está bien marcar y los goles son bienvenidos. Yo juego a gusto en el centro del campo, siempre lo he dicho. Lo de marcar, es una alegría, pero lo importante es ganar», se quitó mérito, aunque con él en el campo las jugadas a balón parado vuelven a ser lo que eran en el Athletic. Y si el balón lo ponen Susaeta o Ibai, miel sobre hojuelas.
El Athletic ha convocado una Asamblea extraordinaria el lunes 18 de febrero para explicar los detalles del nuevo estadio, cómo se llevará a cabo el cambio de localidad y, además, se procederá a votar las cuotas para 2014.
Con el inapelable 3-0 en el marcador de San Mamés, la grada se lo tomó como la fiesta que era, y libre de agobios, algunos optaron por recuperar el consabido «¿Y Llorente, qué?», mientras se coreaba con merecimiento «Iker, Iker» o se ponía el acento en el engominado y cada vez peor Muñiz Fernández. Minutos de subidón en los que, ahora sí al unísono, buena parte de La Catedral decidió acordarse de la madre del Cholo Simeone, al que no se perdona aquella cazada a Julen Guerrero sobre la línea de cal del fondo norte. Las cámaras de ``El Día Después'' de Canal Plus captaron el posterior tira y afloja entre espectadores más próximos y técnico. Tras la sucesión del «Simeone, hijo de p...», el Cholo comenzó a esbozar una sonrisa maliciosa -`tocapelotas' la calificaba ayer alguno en las redes sociales- mientras miraba desafiante a quienes estaban tras el baquillo colchonero y les replicaba varias veces «la última final....», «la final», mientras sostenía su aviesa sonrisa. «Haber jugado así en la final», masculló para despacharse a gusto el argentino, impotente ante el lapidario 3-0 que se llevaba para el Manzanares, amén de la réplica de un San Mamés que le profesa un eterno rencor. J.V.