El envejecimiento de la población en China amenaza con convertir a la nación en un «país viejo» antes que en un «país rico», ya que la población en edad de trabajar ha comenzado a disminuir de forma alarmante.

En los últimos 35 años, la nación más poblada del mundo ha conseguido ocupar el puesto de segunda economía mundial con una mano de obra barata que parecía inagotable. Pero la política de control de la natalidad que viene aplicando el Gobierno desde finales de 1970 representa ya una seria amenaza para el crecimiento demográfico.

El año pasado, la población en edad de trabajar, aquellos entre los 15 y 59 años, disminuyó en 3,45 millones en comparación con el año anterior. Ma Jiantang, director de Administración Nacional de Estadísticas advirtió que «esta es la primera vez que el país registra una caída absoluta en la población en edad de trabajar en un tiempo considerable. Necesitamos prestar una seria atención a esto».

Se espera que esta disminución se acelere en los próximos años. Según el pronóstico de Wang Guangzhou, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, entre 2014 y 2030, el número de jóvenes de entre 15 y 64 años disminuirá en cerca de 40 millones.