La consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, despejó ayer algunas de las incógnitas más importantes que sobrevolaban su escritorio desde que el PNV volvió a instalarse al frente del Gobierno de Lakua.

Entrevistada en Euskadi Irratia, Oregi sentenció que «no es tiempo de proyectos faraónicos», refiriéndose a proyectos como el puerto exterior de Pasaia o Metro Donostialdea y haciendo suyo un calificativo frecuentemente empleado por los opositores a las grandes infraestructuras.

No obstante, la consejera no incluyó bajo este epígrafe al tren de alta velocidad (TAV) y confirmó que se mantendrán las partidas económicas destinadas a este proyecto en lo que respecta a sus competencias en el tramo guipuzcoano.

En cuanto a los tramos de Araba y Bizkaia, que están siendo construidos por el Gobierno español, recordó que el dinero procedente de Madrid ya está comprometido para gastarlo en esta infraestructura y añadió que ya ha solicitado una reunión con la ministra de Fomento, Ana Pastor.

Oregi resaltó el hecho de que en el Ejecutivo que lidera Iñigo Urkullu los temas de transporte estén dentro del Departamento de Medio Ambiente, lo que a su juicio es reflejo de una apuesta por la sostenibilidad, en la que el ámbito ferroviario juega un papel relevante.

Preguntada por el proyecto para que Euskotren atraviese Donostia por La Concha, una herencia del PSE cuyos dos tramos desde Lugaritz hasta Morlans ya han sido adjudicados, comentó: «Debemos analizar la movilidad en todo Donostialdea. Tenemos el Topo de toda la vida, que va a ser una apuesta firme; tenemos que vertebrar y cohesionar toda la comarca; pero si hablamos del Metro -en referencia específica al paso por el centro de la capital-, es sabido que estamos inmersos en una grave crisis económica y, aunque no sería responsable por mi parte decir qué vamos a hacer, sí es verdad que lo estamos analizando y que no es el momento para comenzar proyectos faraónicos».

«Sentarse a la mesa»

Además, asumió que los proyectos no se pueden llevar a cabo sin tener en cuenta la opinión de los usuarios y de las ciudades en las que se van a ubicar. A su juicio «falta concertación, no se puede hacer lo que quiera el Gobierno, y es preciso sentarse a una mesa con el Ayuntamiento, la Diputación y los ciudadanos para pensar entre todos el mejor medio de transporte para Donostialdea».

En cuanto al Metro de Bilbo, apuntó que «los datos son muy buenos» y remarcó su apuesta por este medio, pero adelantó que «no podremos destinar nuevas inversiones», por lo que el objetivo será «mantener y mejorar lo ya existente».

Respecto a los puertos, abogó por el trabajo conjunto entre las autoridades portuarias de Bilbo y Pasaia. «No podemos tener dos puertos autónomos, separados por una distancia de cincuenta kilómetros por el mar, y que no trabajen juntos», indicó.

En breve serán designados los nuevos presidentes de ambas instalaciones, si bien ya se han publicado como candidatos o ocupar esos cargos los nombres de Asier Atutxa para Bilbo -es hijo del exconsejero de Interior Juan Mari Atutxa- y Ricardo Peña, exalcalde de Zumaia, para Pasaia.

Cuestionada sobre la idoneidad de sacar Pasaia a la parte exterior del monte Jaizkibel, Oregi se mostró totalmente en contra. «Siempre he dicho que no, y no voy a cambiar ahora. Para poner eso en marcha faltan muchas cosas, muchos análisis, muchos trabajos, muchas comprobaciones que no tenemos... Nuestra apuesta ha de ser regenerar el puerto interior y mejorar la vida de quienes ahí viven».

En la reunión que tendrá con Fomento pondrá sobre la mesa la situación de los aeropuertos de Foronda y Hondarribia, donde el Ejecutivo español pretende reducir servicios. «Estamos muy preocupados. Al igual que sucede con los puertos, tenemos que poner a los aeropuertos a trabajar en un mismo plano y que sean complementarios», indicó, para añadir posteriormente que no se debe olvidar la cercanía de Biarritz.

La última parte de la entrevista versó sobre energía y medio ambiente, con un papel estelar para el fracking. A juicio de la consejera, en torno a este método de extracción de gas «hay bastantes sombras. Hay que priorizar el respeto al medio ambiente y creemos que con las técnicas actuales no se cumplen las normas».

Lo que decía el PNV

Las palabras de Ana Oregi desataron una esperable polvareda. No en vano, su discurso rompe, por ejemplo, la línea marcada por el PNV en lo referente al puerto exterior. Hace solo diez meses, en marzo de 2012, el exdiputado general Markel Olano apuntaba que dicha infraestructura era «imprescindible» para la «regeneración integral de la bahía». Una sencilla búsqueda en Internet permite comprobar cómo Juan José Ibarretxe apoyaba «sin fisuras» este proyecto cuando era lehendakari.

Por su parte, PSE y PP de Gipuzkoa hicieron hincapié en la defensa del denominado Metro Donostialdea. El secretario general del PSE de Gipuzkoa y anterior consejero de Transportes, Iñaki Arriola, rechazó ayer el uso del calificativo «faraónico» para la pasante por la capital y remarcó que «no es un proyecto para una ciudad, sino de Gipuzkoa. Va mucho más allá».

Arriola defendió que este proyecto permitiría «un incremento exponencial del número de viajeros», pasando de los 7 millones actuales a más de 30. «Es un proyecto que bebe de las fuentes del proyecto del Metro de Bilbao, que también tuvo muchos detractores pero que ya nadie duda de su bondad, porque tiene más de 90 millones de usuarios», apostilló.

El máximo responsable del PP de Gipuzkoa, Borja Sémper, dijo que «la vuelta del PNV al poder nos lleva a la discriminación histórica» hacia Gipuzkoa respecto a Bizkaia ya que, si se ponen «encima de la mesa los proyectos del Metro de Bilbao, el Guggenheim, la ampliación de San Mamés y tantos otros, hay un desfase descomunal de millones de euros».

Mientras, LAB se felicitó ante la paralización del puerto exterior y reclamó que se tome la misma medida con el TAV o la incineradora de Zubieta. El sindicato remarcó que «nunca es tiempo de proyectos faraónicos, ni antes ni ahora», y culpó de la actual crisis a esa «lógica especulativa del cemento».