Hoy se escenificará una declaración de amor al cine a través de internet; un espacio que, curiosamente, ha sido tildado de demoníaco por muchos cineastas, actores y empresarios que han visto en la Red de redes a un enemigo a batir y no a un aliado que permite el desarrollo de nuevos modelos creativos alejados de la dictadura de los réditos obtenidos en taquilla.

El cineasta Pablo Maqueda y Haizea G. Viana, directora de marketing de la distribuidora Avalon, son los responsables de esta apuesta que pretende dignificar internet como circuito cinematográfico y no como último reducto para la vida comercial de las películas.

El manifiesto #littlesecretfilm no pretende ser un movimiento artístico tiránico como el Dogma 95 que impulsaron Lars Von Trier y Thomas Vinterberg, sino un modelo de producción para animar la creación de largometrajes dirigidos a internet y sin ánimo de lucro.

Entre los puntos del manifiesto #littlesecretfilm se incluyen los siguientes: la preparación de la película se realizará en secreto, el rodaje tendrá una duración máxima de 24 horas, sin guión previo, un equipo técnico/artístico limitado a un máximo de 10 personas que no cobrarán por su trabajo, financiación exclusiva de la película por parte del director y estreno gratuito en internet bajo licencia no comercial.

Hoy tendrá lugar el estreno colectivo de los 16 primeros largometrajes producidos bajo el auspicio del decálogo #littlesecretfilm. Entre los realizadores que han participado siguiendo unas normas que igualan a emergentes y consagrados se encuentran los propios impulsores del proyecto Pablo Maqueda y Haizea G. Viana, junto a realizadores como Carlo Padial y Antonio Trashorras, el crítico de cine Jordi Costa, el guionista Alex Mendíbil («Doctor Mateo») o la productora Elena Manrique («El laberinto del fauno», «Celda 211»).