«Ai Weiwei: Never Sorry» nos acerca al artista chino que encabeza la disidencia política
Este documental ha ganado el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance, lo que le ha abierto las puertas de la distribución internacional, junto con el apoyo con que cuenta Ai Weiwei a través de la red.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
El artista chino Ai Weiwei es el que mejor representa en todo el mundo a la generación creativa de Internet, herramienta que ha sabido utilizar como nadie para difundir su obra y pensamiento. Lleva camino de convertirse en el Michael Moore de la red, pues sus mensajes le sitúan como el mayor agitador en contra del actual gobierno de su país.
Aunque Weiwei se formó como artista conceptual en Nueva York, influenciado por Marcel Duchamp y la significación de los objetos fuera de su contexto habitual, se dio a conocer como arquitecto, una de sus muchas facetas multidisciplinares junto a la de fotógrafo, escultor o urbanista. Diseñó para los Juegos Olimpicos de Pekin del 2008 el estadio bautizado como Nido del Pájaro, y al denunciar la utilización propagandística del evento por parte de las autoridades entró en permanente conflicto con el poder hasta el día de hoy.
En el 2009 sufrió una agresión policial a causa de su campaña contra las consecuencias del terremoto de Shichuan, ya que culpó de neglegencia a los responsables de las construcciones escolares tras la muerte de miles de niños y niñas. Lo testimonió por medio de una instalación de nueve mil mochilas de colores en Munich, donde fue operado de sus lesiones.
En el 2011 demolieron su estudio en Shanghai, siendo detenido en el aeropuerto de Pekin, arresto que se prolongó durante 81 días. La millonaria fianza para su puesta en libertad fue reunida gracias a contribuciones de sus seguidores en la red. Desde entonces permanece en arresto domiciliario y se teme por su seguridad. La película va recogiendo el proceso siguiendo la cronología real.
En los tres años que duró la realización del documental, entre el 2008 y 2011, la realizadora Alison Klayman se comunicaba con Ai Weiwei por Skype. El artista había entrado en la era de Internet justo durante dicho periodo, convirtiéndose en una herramienta imprescindible para su agitación mediática. Primero creó un blog, que las autoridades chinas cerraron, por lo que se convirtió en un obsesivo twittero, inundando la red de mensajes. Finalmente, instaló en su casa la weiweicam para compartir su vida con los internautas, hasta que le confiscaron las cuatro cámaras. M.I.
Dirección y guión: Alison Klayman. Producción: Adam Schlesinger y Alison Klayman. Intervinientes: Ai Weiwei, He Yunchang, Gao Ying, Lu Qing, Ai Lao, Hung Huang. Música: Lian Isakov. País: EE.UU. 2012. Duración: 91 minutos.