Lejos de aclarar la participación e implicación de unos y otros dentro de la trama, el juicio sobre la Operación Puerto sigue enfangándose y continúan viviéndose escenas surrealistas como la del principal acusado, el médico Eufemiano Fuentes que, tras asistir a las declaraciones de los exdirectores deportivos Vicente Belda y Manolo Saiz, declaró ante la prensa que «tengo derecho a mentir, a no decir la verdad, ¿no?».

Fuentes volvió a repetir que estaría dispuesto a identificar a sus clientes si la jueza se lo pidiera por considerarlo relevante para la causa -el jueves la magistrada no lo consideró oportuno-, pero si no fuese así, recalcó, «tengo que respetar mi derecho al secreto profesional».

Al ser preguntado sobre el significado de las siglas RSOC que aparecen en algún documento intervenido en los registros de la Guardia Civil, Fuentes volvió a tirar de ironía. «Puede ser la marca de un buen vino», zanjó

En este sentido, las acusaciones que pidieron tener acceso a las muestras de sangre intervenidas presentaron ayer los escritos en los que concretan qué uso quieren hacer de las mismas. La representación de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) fue la que hizo la solicitud, y posteriormente se sumaron a ella el Consejo Superior de Deportes (CSD), la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Federación Española de Ciclismo.

El juez que instruyó la causa, Antonio Serrano, siempre se negó a facilitar a las autoridades antidopaje españolas e internacionales las más de doscientas bolsas de plasma y de sangre refrigerada intervenidas por la Guardia Civil en mayo de 2006.

Querella de Manzano a Belda

En cuanto a la declaración de los implicados, si las explicaciones y acusaciones de Fuentes hicieron que Jesús Manzano, el primer ciclista que denunció esta trama en 2004, se querellara contra él por decir que «consumía cocaína», ayer fue el ex director de Kelme, Vicente Belda, el que recibió otra querella por entender que había detallado aspectos que «atentan contra el honor» del exciclista.

Belda, quien destacó la «indisciplina» de Manzano, detalló que su excorredor «no tenía carné de conducir y un día se fue con Chaba Jiménez un viernes y cuando regresó el lunes» su madre me llamó llorando, pidiéndome «haga algo»». También desveló que Manzano fue expulsado del equipo «en la penúltima etapa de la Vuelta, cuando le pillamos con una señorita en la habitación, y esta persona no era su compañera habitual».

En cuanto al dopaje, Belda señaló que «ninguna de las bolsas de sangre encontradas en los registros corresponden a ninguno» de sus corredores y recordó que, nada más estallar la Operación Puerto, su equipo se ofreció a que les realizasen todo tipo de pruebas analíticas.

Por su parte, Manolo Saiz, exdirector deportivo de los equipos ONCE y Liberty, declaró que accedió a que corredores suyos, como Roberto Heras, Marcos Serrano y Ángel Vicioso fueran tratados por el doctor Eufemiano Fuentes, aunque no sabe en qué consistía el «seguimiento» que este les hacía.

Manolo Saiz, que es uno de los cinco acusados del proceso, señaló, a preguntas de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado, que Roberto Heras, corredor del Liberty en 2004 y 2005, le pidió permiso para que le llevara el doctor Fuentes. «En repetidas ocasiones le digo que no me gustaría que nadie estuviera fuera del equipo, pero un día accedo. Acceder no es hacer de intermediario», se defendió.

Saiz afirmó que su relación profesional con Fuentes acabó en el año 1991, cuando trabajaba con él en el ONCE, y que desde entonces «jamás» estuvo «con él en compañía de un ciclista».