Una exposición refuerza la presencia del genio creativo de Oteiza en Bilbo
La galería Michel Mejuto exhibe veinte obras (dieciocho esculturas y dos dibujos) de Jorge Oteiza que conforman la mayor colección puesta a la venta en varias décadas. Los precios oscilan entre los 9.000 y los 120.000 euros. Todas provienen de coleccionistas privados de Bizkaia, Gipuzkoa y Madrid. Pueden contemplarse cajas metafísicas y vacías, bronces y ensayos de desocupación de la esfera. Todas las piezas son de dimensiones reducidas.
Alvaro HILARIO | BILBO
La galería Michel Mejuto (Ajuriaguerra, 18; Abando) ha reunido para su exhibición veinte obras de Jorge Oteiza (dieciocho esculturas y dos dibujos), de las cuales todas, excepto dos de ellas, están a la venta.
Son, en concreto, una de las dos esferas que fue comprada, hace ya unos años, en la misma galería por un coleccionista de Bilbo y un dibujo que Oteiza regaló a un amigo, y ha sido cedido con motivo de la exposición. Todas las obras de la muestra están catalogadas por la Fundacion Jorge Oteiza, dentro del proyecto de catálogo razonado que está elaborando Txomin Badiola, el cual verá la luz en los próximos meses.
Los precios de las obras oscilan entre los 9.000 y los 120.000, estando ya vendida alguna de ellas.
Cajas, bronces, esferas
Dos cajas metafísicas, junto a la puerta, reciben a los visitantes. Oteiza realizó este tipo de obras a su vuelta de América, en 1947, durante la década de los años 50, pero no en exclusiva, como lo demuestran las piezas exhibidas en Bilbo, que datan del tercer cuarto del siglo XX.
Responden a experimentaciones sobre la materia, el vacío, la expresividad y el papel del espectador en relación con la obra de arte. Estas ideas proceden de la relectura de maestros como Malevich, Piet Mondrian y Kandinsky que pusieron en práctica un proceso de vaciamiento de cuerpos geométricos simples como el cilindro, la esfera o el cubo, a partir de múltiples ensayos realizados en pequeños modelos ordenados en grupos con una misma problemática y que él denominaba «familias experimentales» o series.
De hecho, las cajas metafísicas están formadas por la conjunción de dos triedros que dan lugar a seis planos y se combinan de diferentes modos en base a lo que Jorge Oteiza llamaba el «patrón Malevich» (nace de la observación de la obra «Cuadrado blanco sobre fondo blanco», de Malevich).
Más adelante, encontramos figuras de bronce, figurativas, datadas en los años 50. «San Isidro», «Homenaje a Xenpelar» y «Bertsolari Xenpelar dando las gracias» son algunas.
También hallamos «Cabeza de apóstol número 8» y un friso que pertenece al proceso creativo de los apóstoles de Arantzatzu, hecho en bronce tras vaciado de yeso. A diferencia del de la basílica, este tiene dieciséis en lugar de catorce.
Michel Mejuto observa las obras complacido; nos indica que reparemos en la expresividad que Oteiza es capaz de arrancarle al metal: «Mira, -dice señalando el cuerpo de un apóstol- aquí se puede ver la marca de la mano, de sus dedos».
Señala, después, la «Cabeza de apóstol»: «Es un grito mudo, reflejo de la angustia vital, de la fragilidad del ser humano».
Hay también una pieza en alabastro -»Conclusión experimental A para Mondrian»- y las dos esferas aludidas, familiares de la «Variante ovoide de la desocupación de la esfera» situada frente al Ayuntamiento.
Cualquiera podría pensar que el mercado de obras de arte, como los productos suntuarios y el consumo de lujo no está afectado por la crisis y que las compraventas se originan por el deseo de invertir en valores sólidos.
Malos tiempos para el mercado
«En los treinta y tantos años que llevo en esta profesión, nunca me he encontrado con nadie que me diese un dinero para que lo invirtiera en obras de arte. Quien hace una compra de este tipo lo hace por el placer de poseer la belleza», dice Michel Mejuto.
Por otra parte, la crisis sí está castigando al gremio de los galeristas: «Están cerrando muchas galerías y los artistas, especialmente los jóvenes, que viven de las ventas, lo están pasando mal». Los precios de estas obras de Oteiza van de los 9.000 euros de algunos bronces a los 120.000 de las cajas. «Los precios no son un capricho de esta galería. La cotización se determina por la oferta y la demanda y en base a ventas anteriores que van fijando una base de precios. Si el artista es muy importante y, además, ha fallecido, la cotización de sus obras es más alta», explica Mejuto.
Bilbo es una de las localidades donde Jorge Oteiza residió a su vuelta de América. Además, de la exposición que nos ocupa, tanto el Bellas Artes como el Guggenheim poseen colecciones suyas, tributo de la ciudad al artista.
Lugar: Galería Michel Mejuto. Ajuriaguerra, 18 (Abando).
Fecha: Del 1 de febrero al 27 de marzo.
Obras: 18 esculturas y dos dibujos. Cajas metafísicas, cajas vacías, bronces, ensayos de desocupación de la esfera.
El proyecto pedagógico «Oteiza desde el cuerpo» fue presentado el pasado jueves y se ha desarrollado gracias a la Beca Museo Oteiza-Kutxa que ha contado con la colaboración de la Fundación Atena y del grupo «El Mundo Taconera», compuesto por intérpretes con discapacidad intelectual, dirigidos por Oihane Andueza, en un proceso de investigación desarrollado a lo largo de 2012 y que interpreta la escultura del artista desde el lenguaje corporal.
En la presentación, se expusieron los detalles del proyecto y se presentó un audiovisual sobre el desarrollo del trabajo. Después, los miembros de «El Mundo Taconera» interpretaron alguna de las escenas vinculadas a conceptos como masa, desocupación, espacio, movimiento y vacío en confrontación y diálogo con las esculturas de Oteiza dispuestas en las salas del Museo.
El museo de la fundación anunció, también en enero, la puesta en marcha de una campaña que permitirá a quienes visiten este lugar en Alzuza conocer no solo la exposición instalada, sino más de 5.000 piezas y 44.000 documentos del artista. Se trata de dar la oportunidad a quienes estén interesados en conocer con mayor profundidad el trabajo y el legado artístico y documental de Jorge Oteiza mediante sendas visitas al archivo y al almacén (durante el último fin de semana de cada mes, espacios que normalmente no son accesibles al público). La iniciativa se repetirá todos los meses hasta noviembre, salvo en julio y agosto, en el último sábado del mes, a excepción de marzo, que se hará en el tercero. El legado de Oteiza supera las cinco mil obras entre esculturas, dibujos, collages, y estudios del laboratorio experimental. A.H.