A pesar del acuerdo de las fuerzas políticas egipcias de evitar la violencia, ayer se produjeron nuevos enfrentamientos entre manifestantes y policía en la jornada de protesta contra el presidente, Mohamed Morsi, que había convocado la oposición agrupada en el Frente de Salvación Nacional (FSN). Se produjo un muerto por bala y decenas de heridos y los choques continuaban durante la noche. Las fuerzas de seguridad intentaron dispersar con cañones de agua y gas lacrimógeno a los manifestantes que arrojaron piedras y cócteles molotov.

La Presidencia egipcia advirtió de que las fuerzas de seguridad actuarían «con la mayor firmeza para aplicar la ley y proteger los edificios públicos», y que «las fuerzas políticas que hubieran iniciado estos actos asumirían sus responsabilidades». El FSN se desmarcó de los disturbios y pidió «actuar con la máxima contención».