La adversa meteorología tampoco pudo este año con la feria de Laudio. Con un recinto ferial más modesto que en otras citas de estas características, la de San Blas es apreciada en toda la comarca por conservar tradición y cultura, con atractivos como la muestra de labores que rodean la txarriboda, la disputada quiniela para acertar el peso del animal (el de ayer, Terentzio VI), la exhibición y venta de productos caseros y artesanos o de gallinas autóctonas, unido al homenaje a los baserritarras más veteranos de la localidad, que este año correspondió a Mª Inés Landazuri y José María Larrinaga.

El concurso gastronómico de txarripatas que cumple ya su 14ª edición, la degustación de castañas y la animación musical, entre otros actos, ambientaron otra concurrida feria entre fuertes chaparrones y hasta granizadas, en la que no faltó la concentración en defensa de los derechos de los presos.

Uno de los asistentes que ayer dejó huella, sobre todo entre los más pequeños, fue un jabalí, que también atrajo a un buen número de adultos.