Un eventual derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad supondría un debilitamiento de su aliado libanés de la resistencia libanesa (Hizbulah), pero podría acarrear en paralelo la reapertura de las hostilidades en su frente norte.

«Un cambio en Siria podría liberar a elementos radicales hoy muy activos contra el régimen», señala a la agencia AFP un alto responsable de seguridad israelí. «Es posible que tuviéramos que hacer frente a intentos de infiltración y ataques» desde Siria, añade, recordando que la frontera sirio-israelí es una de las menos conflictivas para Israel en los últimos 40 años, justo desde la llegada de los Al-Assad al poder en Damasco. Pese a ello, reconoce que «la amenaza inmediata es el riesgo de que las armas sirias, convencionales o no, caigan en malas manos», en referencia a Hizbulah.

El ministro sirio de Defensa, Fahd Jassem el-Freij, ha acusado a Israel de apoyar a los rebeldes bombardeando el 30 de enero un centro de investigación militar «que ha sido atacado sin éxito decenas de veces por las bandas armadas con el objetivo de controlarlo o destruirlo».

Otras «malas manos»

Un editorial del diario israelí «Yediot Aharonot» advertía no obstante de que «Hizbulah es un problema, pero los grupos yihadistas que podrían controlar la zona fronteriza con los Altos del Golán (ocupados por Israel), no son menos peligrosos. Tendrían los mismos misiles, las mismas municiones y menos responsabilidad» que el movimiento chií, advertía.

El general en la reserva Amnon Sofrin insiste en que aunque los yihadistas podrían áprovechar la situación para actuar contra Israel», en este estadio, solo Hizbulah tendría la capacidad para instalar ojivas químicas en sus misiles de largo alcance. El Ejército israelí ha desplegado baterías antimisiles Iron Dome en los últimos días y aduce que teme una represalia por su bombardeo, pero más por parte de Hizbulah que desde Siria. El general Sofrin alerta de que el régimen de Al-Assad decida dar un salto adelante suministrando a Hizbulah «la capacidad de hacer mucho daño a Israel».

Pero el comunicante anónimo de AFP insiste en que el peligro mayor llegaría de un hundimiento del régimen, porque daría alas a los yihadistas «y tampoco sería un golpe mortal y definitivo para Hizbulah».