Decreto de urgencias rurales, nueva derrota de UPN en el Parlamento
El Gobierno de UPN sufrió ayer una nueva derrota parlamentaria, al votar la oposición (PSN, Bildu, Aralar-NaBai, I-E y Geroa Bai) una ley alternativa al decreto foral que eliminaba servicios de urgencias en zonas rurales y que fue seriamente contestado por los ayuntamientos afectados y los sindicatos. La consejera de Salud, Marta Vera, y el portavoz de UPN, Carlos García Adanero, lamentaron que volviera a quedar en evidencia la debilidad del Ejecutivo.
Martxelo DÍAZ | IRUÑEA
El Pleno del Parlamento navarro volvió a propinar otra derrota al Gobierno de UPN, al derogar el decreto que reformaba las urgencias rurales, que eliminaba puntos de atención en pueblos pequeños con criterios exclusivamente economicistas obligando a sus vecinos a viajar decenas de kilómetros para ser atendidos de urgencia y que fue aprobado pese al rechazo de sindicatos, alcaldes y otros agentes sociales.
PSN, Bildu, Aralar-NaBai, I-E y Geroa Bai sumaron sus votos frente a los de UPN y PP, provocando una nueva derrota de Yolanda Barcina tan solo dos días después del anuncio de que tendrá que disputar la Presidencia del partido a Alberto Catalán dentro de poco más de un mes.
Los grupos de la oposición destacaron que el decreto elaborado en su día por la consejera de Salud, Marta Vera, discriminaba a las zonas rurales, imponía peores servicios y empeoraba las condiciones laborales de los profesionales.
El resultado de la votación fue acogido con vítores por los alcaldes de los pueblos afectados que acudieron ayer a la tribuna de invitados de la Cámara. El presidente del Parlamento, Alberto Catalán, les recriminó su actitud con aspereza.
El portavoz del PSN, Samuel Caro, acusó al Gobierno de «no haber buscado el acuerdo con la suficiente energía» y de llevar a cabo «una conjura» contra la sanidad pública en zonas rurales.
Bakartxo Ruiz, portavoz de Bildu, subrayó que el de ayer era «un día importante porque refleja la minoría del Gobierno de UPN y la imposibilidad de aplicar sus políticas, y porque muestra que la oposición ha atendido el sentir de la sociedad navarra». Por ello, reclamó la dimisión de Vera.
Asun Fernández de Garaialde (Aralar-NaBai) alertó de que los planes del Gobierno buscaban deteriorar el servicio público de salud en busca de una futura privatización, ante lo que exigió una adecuada dotación presupuestaria.
Marisa de Simón (I-E) también advirtió del peligro de privatización y subrayó que el decreto del Ejecutivo suponía «un riesgo para la salud de las personas y un incremento de las desigualdades», mientras que Patxi Leuza (Geroa Bai) también pidió la dimisión de Vera por impulsar un decreto «antisocial, antipopular y antidemocrático que suponía un retroceso en las prestaciones sanitarias que tanto ha costado conseguir».
La respuesta del portavoz de UPN fue recurrir al manido argumento de «la coordinadora del no», acusando a la oposición de oponerse sistemáticamente a todas las actuaciones del Gobierno pero ser incapaces de presentar una alternativa.
«Tardarán veinte segundos en votar y rechazar el trabajo de un año del Departamento de Salud», destacó García Adanero, para añadir que «han conseguido una obviedad, mostrar que el Gobierno está en minoría».
Vera se lamenta
Un argumento similar fue empleado por la consejera de Salud, Marta Vera, que señaló que la oposición únicamente quiso escenificar la soledad del Gobierno y lamentó que tras la votación de ayer «hayamos perdido una oportunidad para mejorar la sanidad y continuar trabajando por la sostenibilidad del modelo en el futuro».
En cambio, LAB mostró su satisfacción por la derogación del polémico decreto y destacó que «las áreas rurales podrán ser atendidas como hasta ahora, en vez de experimentar un grave retroceso en la atención de las mismas». Junto a ello, reclamó la dimisión de Vera y mostró su esperanza en que el Gobierno de UPN no intente aprovechar el tiempo que falta para publicar la ley en el boletín oficial para seguir aplicando su decreto y despedir a 45 trabajadores del servicio de urgencias rurales.
Tras aprobar el jueves la oposición una enmienda alternativa a la modificación presupuestaria planteada por UPN, el alcalde de Iruñea, Enrique Maya, acusó al PSN de «dar un paso acercándose a Bildu».
La sesión plenaria del Parlamento de ayer era la primera cita oficial que iban a compartir los dos aspirantes a la Presidencia de UPN. Por ello, a lo largo de toda la mañana, los reporteros gráficos intentaron captar la imagen de Yolanda Barcina y Alberto Catalán juntos, pero ambos lograron esquivar lo que hubiera sido la fotografía de la jornada. Es decir, se evitaron en todo momento.
A pesar de que el primer punto del orden del día era importante, ya que el Gobierno iba a sufrir una nueva derrota parlamentaria con la derogación del decreto foral que regulaba las urgencias rurales, Barcina parecía estar a otra cosa.
Durante la mayor parte del debate, la presidenta del Ejecutivo navarro estuvo fuera de su escaño, dejando a la consejera de Salud, Marta Vera, el amargo trago de apechugar con una nueva evidencia de la minoría parlamentaria del Gobierno. Barcina tampoco valoró ante los medios la derrota en la votación; le tocó hacerlo a Vera.
Cuando regresó a su escaño, ya avanzado el debate, Barcina estaba más preocupada de consultar los mensajes en su teléfono móvil que en mostrar interés por las intervenciones de los portavoces parlamentarios. Tras la votación, volvió a salir del hemiciclo, como muchos otros parlamentarios, pero no se despegaba del teléfono, intentando buscar un lugar discreto desde el que mantener una conversación tras otra.
Su contacto durante la sesión de ayer con el secretario general y portavoz de UPN, Carlos García Adanero, también fue mucho más frío que el que mantiene habitualmente. M.D.
