La censura de la prensa de EEUU sobre el uso de drones queda al descubierto
La colaboración entre la prensa escrita estadounidense y la Casa Blanca ha quedado nuevamente en evidencia, después de que medios como «The Washington Post» admitieran que a petición del Gobierno ocultaron el uso de una base de Arabia Saudía para lanzar drones.
GARA | WASHINGTON
Las acusaciones de colaboración entre medios de comunicación y el Gobierno de Estados Unidos resurgieron después de que tres órganos de prensa reconocieran que, por petición de la Administración de Barack Obama, ocultaron que una base aérea de Arabia Saudí sirvió para lanzar drones de la CIA.
«Una vez más, los medios estadounidenses fueron descubiertos en flagrante delito de colusión para ocultar secretos del Gobierno que hubieran merecido (figurar en) las portadas», manifestó con cierta indignación Glenn Greenwald, editorialista del diario británico «The Guardian». «Sus excusas para ocultar esas informaciones son livianas», añadió.
«The Washington Post» reveló el martes que una base aérea en Arabia Saudí había servido para lanzar un ataque con drones (aviones no tripulados) de la CIA en setiembre de 2011, en la que fue abatido el imán Anwar Al-Aulaqi, ciudadano estadounidense, y su sobrino.
El rotativo admitió que «no había revelado hasta ahora la existencia de esa base por pedido de la Administración (Obama), que temía que Al Qaeda emprendiera operaciones contra aliados suyos».
Señaló que decidió publicar la información cuando se enteró que otro medio, la agencia Associated Press (AP), tenía previsto hacerlo, «rompiendo un acuerdo tácito entre varias organizaciones de prensa que estaban al corriente de la información desde hacía más de un año».
«The New York Times» también admitió que guardó el secreto desde 2011. Su jefa de redacción, Margaret Sullivan, reconoció que el periódico «debería informar lo más ampliamente posible y de la manera más agresiva posible sobre el programa de drones». «Si hubo un tiempo en el que era habitual retener ese tipo de informaciones, esa época ha quedado superada. Se debe arrojar luz sobre ese programa», afirmó.
AP resaltó que solo «en raras ocasiones respeta el implacable argumento esgrimido por altos funcionarios acerca del peligro al que se expone a una persona o de la seguridad nacional».
«Cuando la información se hizo pública el martes por la noche, AP estimó que la seguridad nacional ya no estaba amenazada y que la agencia podía revelar la localización» de esa base, explicó la agencia en un comunicado.
Para el profesor de periodismo Dan Kennedy, el argumento es falaz porque el asunto ya había sido revelado en 2011 por Fox News y el diario británico «The Times».
En su opinión, el hecho de que esta información saliera a la luz la víspera de la comparecencia de John Brennan, arquitecto de la campaña con drones contra Al Qaeda, ante una comisión del Senado para ser confirmado como nuevo director de la CIA, es la prueba evidente de una colusión entre medios y Gobierno.
Los bombardeos, en cifras
«Más bien parece que (los medios) intentan congraciarse con la Administración de una manera totalmente inapropiada para una prensa independiente», consideró a AFP.
Ben Jacobs, periodista de Daily Download, un sitio en internet de seguimiento de los medios también se mostró escéptico. «Los periodistas deberían discernir con más cuidado cuándo el Gobierno no quiere que una información se publique porque realmente pone en peligro la seguridad nacional y cuándo simplemente quiere evitarse un nuevo problema».
Los bombardeos con drones se han multiplicado desde que Obama llegó al poder. Solo en Pakistán, desde 2004 ha habido 362 ataques con drones, de ellos 310 se han producido bajo el mandato de Obama, dejando un saldo de entre 475 y 891 víctimas civiles, de ellas 176 niños. Y, en Yemen, otro objetivo habitual de los drones, se han confirmado entre 42 y 52 ataques aéreos desde 2002. El número de civiles muertos oscila entre los 72 y los 177.
En su comparecencia del jueves en el Senado, Brennan, considerado el arquitecto de los ataques con aviones no tripulados, volvió a defender su utilización porque «salvan vidas», y se quejó de que existe «un malentendido sobre lo que está haciendo el Gobierno de Estados Unidos».
Brennan admitió también que sabía de las torturas bajo la Administración de George Bush por parte de la CIA y que, aún estando en contra, no hizo nada para evitarlas.