Philippe Montanier respondió cuando GARA le preguntó ayer si le gustaría dirigir a la Real la próxima temporada en Europa con otra pregunta: «¿Y por qué no en la Champions League? Mi sueño es entrenar un equipo de Champions League y si es la Real estaré contento, pero por el momento hay muchos partidos a jugar y no podemos hacer una especulación hipotética sobre nuestra futura clasificación».

El técnico normando solo se salió en esta contestación de un guión que piensa repetir hasta mayo a pesar de que los jugadores han reconocido que en la situación actual deben mirar a las posiciones europeas: «Si la gente se puede ilusionar por Europa es porque hay buenos resultados y si hay buenos resultados es porque hay calidad. Pero prefiero que los jugadores se concentren más en las cosas que deben hacer para lograr buenos resultados. El resto es la consecuencia. Mi idea sigue siendo sumar los máximos puntos posibles para ver nuestra situación al inicio del mes de mayo».

Su futuro depende en buena medida de la clasificación final de la Real. Por eso ayer reiteraba que «por el momento tengo más la cabeza en el presente. Después hablaremos con la dirección y el presidente a final de temporada. Es una voluntad común saber el proyecto y el futuro. Ahora es demasiado pronto. Por eso yo y los jugadores debemos mantener la cabeza fría y la misma determinación de dar todo en el próximo partido. Estar ahora con 33 puntos es una satisfacción, estoy contento, pero quedan muchos partidos y en el fútbol todo cambia rápidamente. Por eso soy prudente».

Su mejor momento

Se encuentra en su mejor situación en la Real, pero sabe que unos malos resultados volverán a ponerle en el centro de la diana: «Siempre es mejor mi situación cuando hay una buena clasificación y una buena forma de jugar y estoy además orgulloso de hacerlo con muchos jóvenes de la cantera. Es una filosofía que me gusta. Pero sé que si perdemos tres partidos todo cambiará. El entrenador siempre depende de los resultados incluso si muchas veces no hay relación entre un resultado y la forma de jugar. Podemos hacer un buen partido y perder».

Dentro de ese trabajo con los jóvenes, el entrenador realista explicó el que se ha realizado con videos para evitar faltas que han costado goles al equipo y tarjetas que motivaron que el año pasado la Real acabara siete partidos con diez por su inexperiencia. Sobre todo destacó el trabajo con Iñigo Martínez, «que tiene una gran agresividad, que es buena para un defensa, y por el momento la canaliza mejor. Hemos trabajado mucho en los entrenamientos y con el vídeo para tener cuidado con faltas inútiles, para mejorar su actitud y comportamiento».

«Una plantilla muy sana»

Sobre la marejada levantada tras las declaraciones de Badiola, Montanier trasmitió que «mis jugadores son un ejemplo de profesionalidad, de una mentalidad y una integridad excepcional, muy sana. Conozco al responsable del equipo de esta época, a Raynald Denoueix, una referencia en Francia no ya solo como entrenador, sino sobre todo como un gran educador, una persona íntegra con mentalidad sana y muy limpia. Solo puedo hablar de personas que conozco. Opinar del resto es más difícil».

Aunque admitía que ese tema es perjudicial «porque afecta a nuestra institución», trasmitió que «todos los jugadores están concentrados esta semana en nuestro juego, en nuestra voluntad y en la determinación de seguir la buena racha».

Se marcó el objetivo de lograr ante el Zaragoza la primera victoria a domicilio de la segunda vuelta después de dos temporadas en las que los blanquiazules no ganaron a domicilio una vez superado el ecuador liguero: «Tenemos una necesidad de ganar a domicilio para mantener una clasificación buena».

Parece propicia la visita a Zaragoza, lleva dos puntos en los últimos cinco partidos y es el que menos ha sumado como local, pero Montanier matizó que «en su campo siempre que han perdido ha sido de un gol, todos los partidos fueron muy disputados. Ha estado más cerca de ganar o empatar que de perder».