El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario europeo para la Competencia, Joaquín Almunia, ofreció una conferencia bajo el título «La segunda década del euro. Perspectivas para salir de la crisis». No dijo nada nuevo que no haya explicado recientemente.

Exalumno del presidente de Kutxabank, Mario Fernández, en la Universidad de Deusto, tuvo «buen rollo» en su intervención, pero en el ambiente quedó la duda sobre el objeto de su nueva presencia en Bilbo. ¿A qué vino Almunia a Kutxabank? Algunos de los empresarios invitados al encuentro se marcharon antes del final de la charla, porque «no dice nada», espetó el presidente de Tubacex, Alvaro Videgain, a otro invitado momentos antes de abandonar la sala de Gran Vía.

Otros, sin embargo, intuyeron que la visita-charla de Almunia en Bilbo sirvió para que el comisario europeo explicase a su antiguo profesor lo que se comenta en Bruselas sobre la regulación bancaria, para despejar las dudas de Mario Fernández (PNV) de si va a poder seguir controlando Kutxabank sin la injerencia de capital privado que le pueda restar protagonismo en su cargo, quizá por eso también estuvo el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, en el acto.

No es descabellado, porque el comisario Joaquín Almunia se dedicó en su exposición a transmitir buenas sensaciones para el final del 2013, aunque sin aportar ni un solo dato concreto de que vaya a ser así. Sí que dijo, con la boca pequeña ante la presencia de Mario Fernández, que debe fluir la financiación a las pyme. Ante una pregunta directa sobre el fondo de financiación que la patronal vasca Confebask ha planteado crear con el patrimonio de los ahorros de los trabajadores vascos, que están en la entidades de previsión social voluntaria (EPSV) y que el Gobierno de Gasteiz está dispuesto a asumir, Almunia dijo que «hay que verlo más en detalle» porque puede tener que ver con una manera de incentivar con ayudas públicas a los empresarios. Seguro que la respuesta no convenció a Miguel Angel Lujua, presidente de Confebask, que estuvo presente en el encuentro.

El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario europeo para la Competencia dejó muchas dudas, porque la realidad no permite ser optimista en estos momentos. Dijo que «el clima es mejor que en 2012», pero añadió que «no voy a decir que sea bueno o exultante».

En todo momento dio cumplida cuenta de la agenda neoliberal que se ha instaurado en la Unión Europea dentro de un marco restrictivo creciente, al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos que, según admitió Joaquín Almunia, está avanzando más.

Su receta para salir de la crisis económica: ser más competitivos y exportar a países del mundo que tienen demanda. Quienes estaban en la sala de BBK en la Gran Vía de Bilbo la habían escuchado muchas veces. El problema siempre, de todas maneras, tropieza con la consecución de financiación. Mario Fernández, ante una pregunta de un invitado a la conferencia, que la hizo suya, le trasladó la interpelación «sobre la que estoy muy interesado como presidente de Kutxabank» de «cómo se puede dar crédito si se nos exige desapalancar la deuda que tenemos».

«Cortar el grifo»

Almunia dijo que es «un dilema real» y que en la Unión Europea, por lo menos en los países del sur, los que más soportan la crisis, no han resuelto esa situación. «Porque si cortas el grifo de golpe, el PIB también cae», añadió, pero sin aportar ninguna solución definitiva.

Tampoco en materia laboral aportó nada nuevo. Sí reconoció la dureza del paro juvenil, que tiene atrapado al 56% de los jóvenes, es decir «uno de cada tres de la cohorte de edad de entre 18 y 30 años», pero dijo que «se deben crear condiciones de políticas activas de empleo, dignas de tal nombre» y admitió que «se deben analizar todas las barreras que tienen los empresarios, incluso después de la reforma laboral, para emplear a jóvenes».