Tienes que amar las grandes competiciones deportivas hasta la ceguera y el desmayo de placer. Tienes que amarlas hasta la sordera para no escuchar los gritos de entusiasmo de los comentaristas cuando las voces susurran sus reservas acerca de la sinceridad de tales hazañas. Profundamente dañado ya por dopaje, el deporte de alto nivel lo será aún más por la corrupción -por casos similares a los denunciados ayer por Interpol- si ninguna decisión política se toma urgentemente. Ya se supone que las apuestas son, y no sólo las que se hacen on line, un componente esencial del deporte, una gran herramienta de blanqueo de dinero, menos peligrosa que las tradicionales actividades delictivas, como las drogas o el tráfico de armas, y quizá aún más lucrativa. Y por encima de todo, un nuevo tipo de mafias que operan en China, en los Balcanes o en otros lugares y gozan de una impunidad casi total. Europa, su objetivo principal, no tiene ninguna regla común sobre las apuestas ilegales. No está dotada de medios y capacidades de control e investigación efectiva, (...), la denuncia de Europo tiene como objetivo crear conciencia y poner a los gobiernos europeos y a las federaciones deportivas frente a sus responsabilidades. Porque corresponde igualmente a los líderes del deporte mundial convencer de la urgencia de la situación..