OSASUNA Empate en Son Moix
Con la miel en los labios
Un despiste en el descuento impide a Osasuna sumar su segunda victoria consecutiva ante el Mallorca. Fue prácticamente el único error de los rojillos, que habían dedicado sus esfuerzos a proteger su portería y aprovechar una de sus escasísimas ocasiones.
Amaia U. LASAGABASTER
Un minuto. Igualmente se esfuma sin que a uno le haya dado casi tiempo a pestañear que se estira como para convertir una mínima espera en una agonía aparentemente interminable. En fútbol hacen falta noventa para completar la duración reglamentaria de un partido y sin embargo, uno solo puede valer tanto como la hora y media restante. O incluso más, como pudo comprobar, lamentar, Osasuna en Son Moix.
Hora y cuarto había necesitado el equipo rojillo para cocinar lo que pudo haber sido su segunda victoria consecutiva. Hora y cuarto para el olvido por las formas -el encuentro resultó soporífero incluso para el aficionado más pasional-, pero quién sabe si fundamental por el fondo. Porque los tres puntos que tuvo Osasuna en su mano durante el último tramo del partido le hubieran permitido sacar algo más que la cabeza del descenso, dar continuidad a sus últimas actuaciones frente a otro rival directo, con el que hubiese abierto una brecha de nada menos que siete puntos y, como destacaba la víspera Jose Luis Mendilibar, hubiera restado a los iruindarras presión de cara al próximo encuentro en el Sadar, de cuya protección dependen en demasía. Pero el castillo de naipes se derrumbó en un minuto. Uno, el último, el del descuento, el que le sobró, el que le costó dos puntos, merced a uno de sus contadísimos errores. Y que podrían haberle devuelto al descenso si el Valencia no hubiera ayudado en Vigo.
Fue, en todo caso, un disgusto mayúsculo para Osasuna, aunque se debiera más al momento y la manera en que se produjo. Porque el reparto de méritos, en realidad, había sido bastante equilibrado. A fin de cuentas, fue el Mallorca el que llevó, o intentó llevar, la iniciativa durante casi todo el encuentro. También el que más a menudo pisó el área rival, aunque en una buena justificación de su situación clasificatoria, apenas obligara a intervenir a Andrés. Cuya presencia, por cierto, fue una de las pocas previsiones del once corroboradas después por José Luis Mendilibar, que organizó una de sus pequeñas revoluciones para enfrentarse a un Mallorca en cuyo diseño, curiosamente, se notó bastante menos el cambio de técnico.
Si la víspera Patxi Puñal se había quedado en Iruñea, ayer fueron Arribas, Nano, Cejudo y Sola los que chuparon banquillo. Con Nino como hombre más adelantado, Oier en la media punta, el Gato Silva estrenando titularidad junto a Lolo, o Marc Bertrán cubriendo el flanco derecho, Osasuna saltó al césped del Iberostar con unas hechuras bastante conservadoras.
Insistencia versus acierto
Que no le evitaron sufrir de inicio, aunque lo de su anfitrión fuera más una cuestión de insistencia -cinco córners habían botado ya los bermellones para el cuarto de hora- que de acierto. Que, de hecho, cayó del lado rojillo, letal en las acciones a balón parado. Dos saques de esquina botó Osasuna y ambos acabaron en gol. Aunque el primero, en el minuto 17, no subió al marcador, después de que el árbitro, a instancias de su linier, interpretara que Rubén había molestado con el brazo a Aouate en el momento del remate.
Con el susto en el cuerpo y los navarros más asentados, el Mallorca se atascó un tanto. Como tampoco Osasuna se decidió a pisar el acelerador, el primer tiempo llegó a su final con la grada sesteando al sol.
Cambiaron las cosas tras el descanso. Saltó Hemed al césped y su equipo revivió. Al menos con la suficiente chispa como para que Osasuna viviera un tanto agobiado con la presencia casi constante del balón en su parcela, pero no con tanta como para sentenciar a los iruindarras. Que, mediado el segundo tiempo, se sacudieron la presión local y decidieron, con más decisión que salero, estirarse a saludar a Aouate. De nuevo con una efectividad envidiable. A un cuarto de hora del final forzaban un córner, lo botaba Cejudo y Lolo, sin marca, cabeceaba para marcar el 0-1.
Entraron Loé y Arribas a proteger un triunfo que parecía seguro y que, de la forma más inesperada, acabó volando. Aouate colgó desde la divisoria, el balón botó en el área mientras defensa y portero rojillos miraban y Geromel metió la cabeza para restablecer el empate. Pudo ser incluso peor porque apenas medio minuto después el equipo volvió a cantar permitiendo la escapada y el remate de Giovanni. El ajustado fuera de juego evitó que la miel se evaporara incluso de los labios.
No es fácil hablar de justicia e injusticia en un partido de fútbol. No cayó en la tentación José Luis Mendilibar, que prefirió referirse a las sensaciones que le había dejado un empate. ¿Punto sumado o dos puntos perdidos?
«Me voy con la sensación de haber perdido dos -admitió el técnico vizcaino-. Por cómo estaba el resultado, nada más. No digo que en juego o demás hayamos merecido o no. Pero tal y como estaba el resultado, cuándo nos meten el gol y cómo nos lo meten, te da la sensación de haber perdido dos». En definitiva, «una pena. Parecía que teníamos los tres puntos en el bolsillo y viendo cómo ha sido el gol, la jugada... Es una pena -insistió-, cuando hemos estado bien el noventa por ciento del partido o más, que una indecisión o un balón de estos nos cueste el empate. Es una pena, pero pasa».
En lo que respecta al desarrollo del choque, Mendilibar explicó que «en el primer tiempo hemos estado más o menos cómodos, sin que el contrario nos hiciera mucho peligro. Hemos hecho un gol que nos han anulado con bastantes dudas porque ninguno estaba muy convencido de nada. En el segundo tiempo, con el cambio, ellos han empezado a jugar más directo con los dos delanteros y nos han creado problemas. Durante 20-25 minutos hemos pasado bastantes problemas; sin demasiadas ocasiones, pero sí merodeando nuestra área y con dificultades. Después hemos vuelto a coger la onda y hemos tenido más posibilidades de hacer algo más en ataque porque ellos se partían mucho, pero nos ha faltado serenidad, no tener tanta prisa para hacer el pase de gol. No hemos tenido ocasiones porque no hemos finalizado, pero sí situaciones que podíamos haber hecho algo más. Aun así hemos marcado, pero luego ha llegado esa última jugada, ellos también han marcado y nos tenemos que ir con el punto». GARA
Ni en directo ni por televisión quedó muy clara la jugada del gol anulado a Rubén, con lo que había cierta curiosidad por conocer el acta del árbitro, que se guió por su asistente para invalidarlo. Según Pérez Montero, el central vio la amarilla -y por tanto el gol no subió al marcador- «por disputar un balón a un adversario, con el brazo de forma temeraria».
La expedición rojilla regresó de Palma nada más concluir el encuentro. José Luis Mendilibar ha citado hoy a sus jugadores en Tajonar (10.30), aunque será a partir del martes cuando empiecen a preparar la visita del Zaragoza.
A Osasuna se le sigue resistiendo el reto de enlazar dos victorias. De momento, su mejor racha sigue siendo la que enlazó entre las jornadas 11ª y 15ª, cuando sumó ocho puntos.