¡Pío, pío! He ahí el canto del cisne, o del fénix, mítica ave que tiene la habilidad de renacer de sus cenizas. He ahí el canto de un Navarro que, físicamente muy tocado, ejecutó al Baskonia. El escolta de Sant Feliú logró 20 puntos, 8 de ellos en el último cuarto, y fue el líder indiscutible de un Barça que ha pasado de meterse en la Copa a última hora a ser el favorito para llevarse la final de esta tarde.

El 69-80 final resultó un castigo excesivo para el Baskonia, que llevó el dominio del marcador hasta el inicio del último cuarto. Pero entonces encajó un parcial de 0-14 y, pese a los posteriores intentos locales, ya no hubo manera de remontar.

Cabe destacar que durante esos minutos fue Omar Cook el director local, y que a Tabak no se le ocurrió dar una oportunidad siquiera a Cabezas, pero esos detalles, siendo reales, no pueden ocultar que fue el banquillo culé el que propició el estallido final de Navarro.

Todo el quinteto titular del Baskonia anotaba dos puntos al inicio. Con dos tiros de Nocioni, el Baskonia doblaba al Barça, y en la contra posterior, Causeur elevaba el 16-7 ante el delirio local. Pascual paraba el partido.

Le sentó bien la pausa al cuadro blaugrana, que regresó con un parcial de 0-6 entre Huertas y Jawai, respondido por un triple de Nemanja Bjelica. Huertas y Oleson sumaban cinco puntos más para estrechar la renta gasteiztarra al mínimo al final del primer cuarto: 19-18. Navarro no destacaba durante esos minutos y por eso Xavi Pascual le daba respiro. Tanto «La Bomba» como su equipo agradecerían esa idea en la parte final del duelo.

«Don Braulio» Oleson y Pleiss

Brad Oleson se hizo el amo del segundo cuarto. El de Anchorage puso al Barça en ventaja después de clavar dos triples, secuandando desde fuera el buen trabajo de Tomic debajo del aro. Tabak debió pedir tiempo muerto cuando el Barça se adelantaba 28-31 tras un contragolpe finalizado con un mate de Rabaseda, a pase del propio Oleson.

Tabak sorprendía poniendo a San Emeterio de escolta y dando balones a Pleiss, que lograba siete puntos seguidos. Nemanja Bjelica elevaba el marcador a 37-32 con una canasta, replicada por Wallace con un triple. Dos tiros libres y un tapón sobre Navarro de un magnífico Tibor Pleiss dejaban el luminoso en un 39-35 favorable a los gasteiztarras en tiempo de descanso.

Sin embargo, el Barcelona no estaba dispuesto a dejar que el Baskonia se escapara, de modo que arrancó el tercer cuarto con un parcial de 0-7, con Lorbek y Mickeal de ejecutores. El duelo adquiría calidad de juego por momentos, con los titulares del Baskonia, sobre todo Lampe y Nocioni, dando un paso adelante para devolver la ventaja al casillero baskonista. El público, muy metido en el partido, se desgañitaba en la grada ante un choque de verdadera altura.

Nadie se quería perder la semifinal. Si Navarro empataba a 47 y Tomic adelantaba a los de Pascual 47-49 tras un canastón al poste bajo, Heurtel y San Emeterio volvían Zurbano del revés con sendos triples. Las canastas eran de calidad pura, toda vez que las defensas, y la pelea por el rebote, se convertían en batallas sobre la arena. El Baskonia mantenía la delantera, con jugadores como Nemanja Bjelica y Pleiss tomando el relevo anotador, mientras que Navarro y hasta un obrero como Víctor Sada iban poniendo su granito de arena. Al final del tercer período los de Tabak se imponían 57-55, mientras que el Buesa Arena lo daba todo.

Y en esto, se apagaron las luces

En un partido de tanta igualdad, un instante de bajada de tensión se paga caro. Durante cinco minutos, el Baskonia no metió un punto, mientras que los de Pascual rompían el duelo con un parcial de 0-14. Lorbek primero, Navarro y Rabaseda después, y los de Tabak pasaban de llevar la iniciativa a verse con el agua al cuello: 57-69.

La suerte estaba echada. Heurtel, que había regresado a la cancha con 57-67 -Rabaseda le birló el balón antes de machacarle a la contra-, y Lampe clavaron sendos triples. Pero Lorbek, que se desperezó justo a tiempo, clavó un triple más, y el ave fénix Navarro se encargó de apuntillar al Baskonia.