SEMIFINALES Valencia Basket jugará la final
Gran Canaria despierta de su sueño demasiado tarde
Arnaitz GORRITI
Valencia Basket será el rival del Barcelona en la final de Copa de esta tarde. Los discípulos de Velimir Perasovic borraron del campo a un Gran Canaria que, pese a no rendirse nunca, jaleado por su incansable hinchada -aunque sin la colaboración del viernes-, despertó demasiado pronto -¿o tarde?- de su sueño. En 20 minutos de partido con 39-22 en el luminoso, el Valencia Basket había finiquitado las opciones de los de Pedro Martínez.
Paradojas de la vida, fueron los interiores los que apuntillaron a los grancanarios. Si 24 horas antes Xavi Rey parecía el mejor pívot de Europa, ayer el trío Lishcuk, Faverani, Dubljevic fue capaz de frenar en seco al barcelonés. En perspectiva, quien más quien menos se acordó de Adam Chubb, culpable de la eliminación de Bilbao Basket de la Final Four de Gasteiz 2010 a manos del Alba Berlín, totalmente parado en la finalísima de aquel Valencia Basket dirigido por Neven Spahija -técnico exbaskonista, al igual que Perasovic-, en el que sobresalían jugadores como De Colo, Nielsen, Claver... y los supervivientes de aquel evento como Rafa Martínez o Lishchuk. Si en aquella final de Eurocup los de Spahija lograban dejar en menos de 50 puntos a los berlineses, los de Perasovic, sin llegar a tal «virtuosismo de retaguardia», la defensa taronja marcó la diferencia de la segunda semifinal, sobre todo en la primera mitad.
Engordar para morir
Primero fue Doellman quien ejerció de ejecutor, y más tarde Faverani. Los exteriores Rafa Martínez, Ribas o Markovic se unirían más tarde a la fiesta. Mientras, solamente Toolson daba señales de vida entre el equipo rival. Tras una primera mitad nefasta, el duelo estaba finiquitado con 39-22 al receso.
Bueno, quizás no estuviera finiquitado. No al menos mientras a Toolson y a Newley les quedara algo de entusiasmo. Con el apoyo de su afición, de una presión sobre el balón, e incluso una defensa en zona 1-3-1, los de Pedro Martínez parecían salir de su letargo. Toolson y Newley estaban demasiado solos, pero se bastaban para meter el miedo en el cuerpo a los taronjas, cuando el marcador, a poco del final del tercer período, marcaba un peligroso 51-43.
Pero fue engordar para morir. Justin Doellman, sin duda el mejor jugador de este partido, clavó un triple y un mate en alley oop para enfriar los ánimos. Otro de los destacados, el exbaskonista Pau Ribas, congeló esos ánimos con un triple sobre la bocina del final del tercer cuarto, llegando al período final con un reconfortante parcial de 8-2, que dejaba el marcador en un 59-43 ya definitivo.
Quemando todas sus naves
El Gran Canaria no podía irse de Gasteiz sin pelear. Con sus escasas posibilidades ya agotadas, con la veta de Xavi Rey cerrada a cal y canto, Pedro Martínez dio minutos al defenestrado Uros Slokar para ver si, como en la fábula, sonaba la flauta.
Pero el experimento del entrenador grancanario no resultó. Sin duda, el esloveno tiene más calidad que Xavi Rey, pero carece de la solidez del catalán. Por ende, los interiores taronjas, valga la expresión, volvieron a ponerse las botas, y a veces sacaban el balón afuera para que los exteriores, que tuvieron un día la mar de acertado, la metieran de tres. Entre bromas y risas, la ventaja seguía yendo para arriba, llegando la renta de los de Velimir Perasovic a los 20 puntos en el 79-59.
Punto final. Los minutos que restaban fueron, como se suele decir, de la basura. El Gran Canaria aprovechó para maquillar el resultado y dejarlo en un honroso 83-72. Con el duelo decidido, Pedro Martínez dio unos pocos minutos a Alvarado.
Incluso después de haber acabado el encuentro, la afición amarilla se quedó a celebrar su mayor éxito copero, orgullosa de los suyos. Ellos pusieron el color, el ambiente carnavalero y un convencimiento que, vaya, les faltó a sus jugadores.
Velimir Perasovic opinó que los dos primeros cuartos del partido de ayer «son lo mejor de este año, sobre todo defensivamente, luego hemos pecado de cansancio y relajación».
El entrenador del Valencia admitió que «nunca es fácil. Sabíamos que era el equipo que mejor defiende de la Liga».
Para la final de hoy contra el Barça, ve a su plantilla «bien, contentos. Estamos concentrados, jugamos contra un gran equipo que ha ganado al Madrid y al anfitrión».
El entrenador del Gran Canaria Pedro Martínez dijo que «nos sentimos frustrados porque teníamos esperanzas de ser más competitivos». GARA