Los comités de las fábricas de Arrigorriaga y el barrio donostiarra de Añorga emitieron ayer un comunicado conjunto para informar de la evolución de las negociaciones puestas en marcha con la empresa para la renovación del convenio.

Aseguran en él que la dirección de Cementos Rezola está centrando la negociación colectiva en «la congelación salarial en 2013, la eliminación de la paga variable» y una disminución de la plantilla de 38 trabajadores entre las dos plantas 2016». Estos despidos serían, según la empresa con carácter «no traumático», por lo que se supone que llegarán en forma de bajas incentivadas o jubilaciones anticipadas.

La dirección de Rezola también propone un ERE de regulación durante cuatro meses que afectaría a 50 o 60 trabajadores de cada una de las dos plantas durante las paradas de hornos. Los comités de empresa han expresado su rechazo a esta propuesta y aseguran que «todos los representantes de los trabajadores están unidos en la defensa de los intereses de los empleados».

Los trabajadores venían movilizándose los lunes con paros de dos horas por «la negativa de la dirección a cumplir con el plan de empleo recogido en el convenio con el compromiso de diez contrataciones -cuatro en 2009 y dos en cada uno de los tres siguientes-, y el despido de una trabajadora» que los comités de las dos plantas consideran que se realizó como «un acto de venganza» por las denuncias interpuestas por el comité.