Reclaman más de 110.000 euros a La Naval por la muerte de un trabajador
Izar Construcciones navales y Construcciones Navales del Norte, antigua propietaria y actual dueña del astillero de La Naval en Sestao se enfrenta a una indemnización de 110.000 euros por no haber garantizado la seguridad frente al mineral cancerígeno del amianto.
Juanjo BASTERRA | BILBO
Quedó visto para sentencia en el Juzgado de lo Social nº 2 de Bilbo el juicio por reclamación de indemnización por daños y perjuicios por el fallecimiento del ex trabajador José Antonio Ruizel por un mesotelioma contraído en el astillero de La Naval, cuyos propietarios fueron Izar Construcciones y Construcciones Navales del Norte (CNN). La familia del fallecido reclama en torno a 110.000 euros por esa muerte, debida a la falta de medidas de protección y seguridad ante el mineral cancerígeno. Ambas empresas ya fueron condenadas a pagar un recargo del 50% de las prestaciones sociales a la viuda del trabajador.
En la vista de ayer, los abogados de las dos empresas trataron de desviar la atención sobre los incumplimientos de las medidas de seguridad frente al riesgo de exposición laboral a amianto, pero quedaron ratificadas. El trabajador permaneció prestando servicios para la empresa Euskalduna entre 1955 y 1959 como aprendiz de ajustador en el taller de reparaciones y posteriormente hasta 1966 como ajustador en el taller de construcción de locomotoras y motores para buques. A partir de esa fecha prestó servicios en la empresa Astilleros españoles donde realizó labores de administrativo, hasta que en 1988 fue trasladado al astillero de Sestao, dentro del proceso de reconversión industrial que terminó prácticamente con la industria naviera en la Ría del Nervión.
«Durante las operaciones que realizaba como ajustador coincidía con operarios de la empresa Montero Kaefer que se encargaban de instalar el amianto que se utilizaba en el aislamiento de los tubos de escape. Además tenía que desmontar las piezas de calderas y motores, a la vez tenía que retirar el amianto que se utilizaba como material aislante», según quedó demostrado en la vista judicial.
Todo eso ocurría mientras que «los trabajadores frecuentaban estos ambientes contaminados por las fibras de amianto que se desprendían. Los trabajadores -recordó la letrada de la familia, Nuria Busto- los hacían desprovistos de cualquier tipo de medida de seguridad individual o colectiva, sin seguimientos médicos específicos, sin ningún tipo de ventilación, carentes de cualquier información respecto del riesgo que implicaba la manipulación del amianto, etc».
Precisamente por estas carencias en materia de prevención, La Naval ha recibido condenas, algunas de ellas en los casos de trabajadores que prestaron servicios en los astilleros de Olabeaga y Sestao».
Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco reafirmó un recargo del 50% de las prestaciones sociales contra el astillero de Sestao por la falta de medidas de prevención frente al amianto.
En el juicio quedó constatado que en la construcción de buques una subcontrata colocaba el amianto, pero los operarios tenían que manipularlo e, incluso, «inhalar el ambiente de polvo».