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Internacional

Se va, sigue, regresan

Carragher dice adiós al Liverpool, Giggs sigue marcando, y vuelven Beckham y Juan Román Riquelme.

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Joseba VIVANCO

Juan Pablo II murió un sábado en que se debió jugar el Fiorentina-Juve y Benedicto XVI -aficionado declarado del Bayern- ha renunciado justo después de un Juve-Fiorentina. No es un derbi territorial, pero la rivalidad de este partido llega al punto de que al español Borja Valero no se le ocurrió otra cosa que, tras haber perdido 2-0 y hacer a los juventinos más líderes, cambiar la camiseta con el gran Andrea Pirlo; su compañero Viviano se la arrebató de inmediato y la lanzó al suelo. «Quería evitar que Borja se presentase ante la curva de seguidores viola con una camiseta juventina», ha explicado ese gesto el futbolista.

El conjunto piamontés y el toscano se profesan una profunda enemistad. «No sentimos particular rivalidad con la Fiore. Son los demás, que contra nosotros juegan siempre el partido de sus vidas», dijo antes del choque de este fin de semana el técnico bianconeri Antonio Conte. En 1982 ambos equipos se jugaban el Scudetto en la última jornada y una serie de errores arbitrales que en Florencia no olvidan le dieron el título a los de Turín. Años después fue peor todavía, la Juventus le arrebató al chico que había estado mimando durante dos años y de nombre Roberto Baggio, provocando incluso incidentes en la ciudad de los Médici.

Quien fuera luego Balón de Oro nunca renegó de su corazón florentino, al punto de que en el primer partido contra los suyos se negó a lanzar un penalti. «En el fondo de mi corazón, siempre seré púrpura», reconoció. El tercer desencuentro que ha cimentado ese odio antijuventino tuvo lugar en la final de la UEFA de 1990, ganada por la Juve.

El hecho es que esta victoria consolida a la Vecchia Signora en lo alto de la Serie A, con cinco puntos de ventaja tras el empate a uno entre sus más inmediatos perseguidores, el Napoli y la Lazio -15.000 euros de multa a los napolitanos por el uso de un láser por parte de uno de sus aficionados-, un choque entre aspirantes que se retransmitió en 193 países y en 37 emisoras internacionales.

Entretanto el Inter, que ganó, reemplaza al Milan en la cuarta plaza de la clasificación tras el empate de los de Mario Balotelli, a quien en el estadio interista le cantaron «no hay negros italianos», por lo que el Inter ha sido multado con 15.000 euros, los mismos con los que ha sido castigada la Juventus por cánticos de discriminación territorial contra los napolitanos.

Y si el panorama se aclara poco a poco en Italia, qué decir en la Premier inglesa, donde el tropezón del City, que deambuló por St Mary's y cayó derrotado 3-1 en su visita al Southampton, ha puesto la Liga a los pies del United, que ganó 2-0 al incómodo Everton -Ryan Giggs, a sus 39 años, anotó su primer gol este curso y ha marcado al menos un tanto en las últimas 23 temporadas de la Premier Legue-.

Doce puntos separan ya a los de Ferguson de los de un cuestionado Mancini, que solo concede un 10% de posibilidades a los suyos de reeditar el título. El Chelsea es tercero, a cuatro del City, tras ganar 4-1 al Wigan, mientras el Tottenham, con un Gareth Bale que se está saliendo, es cuarto a un punto después de su triunfo ante el Newcastle; el Liverpool perdió en casa 0-2 ante el West Brom justo en la semana en la que uno de sus estandartes, Jamie Carragher, leyenda viva de los Reds, anunciara su adiós a los 35 años.

Carragher, de corazón «toffee»

«Ha sido un privilegio y un honor representar a este gran club durante este tiempo, y me siento inmensamente orgulloso de haberlo hecho y agradecido por todo el apoyo que he recibido. Estaré totalmente comprometido hasta el final de la temporada para dar lo mejor para el Liverpool, como he hecho a lo largo de toda mi carrera, desde que comencé a los 9 años», declaró en su anuncio.

El periodista Jesús Garrido nos desvelaba semanas atrás los inicios de este gran jugador que ha participado en el 11% de los 4.321 partidos que el Liverpool ha disputado desde que entrara a formar parte de la Football League en 1893. James Lee Duncan, que así se llama, recibió su nombre de dos antiguos hitos del fútbol inglés, Duncan Edwards y James Jimmy Greaves. Y lo mismo que otro hijo de Liverpool, dos años menor, Steve Gerrard, mamó desde niño -más fugaz en el caso del segundo- la afición de sus respectivos progenitores por el Everton.

Carragher nunca lo ha negado, aun habiendo vestido la camiseta rival, la del Liverpool, más de 700 partidos. «Fichar por el Liverpool cuando era pequeño fue una motivación para mostrar mis verdaderos colores cada vez más, incluso aunque pudiese acarrear problemas», dijo quien no dudó en tirar él mismo un penalti contra su portero en un amistoso Liverpool-Everton, marcar y celebrarlo.

Uno de los grandes capitanes del equipo de Alfield dejará el equipo sumido en una transición que dura ya demasiados años. En los últimos 16, Jamie solo ha levantado dos títulos de FA Cup y dos Carling. Como dijo en cierta ocasión otro insigne red, Michael Owen, «tan solo era un niño la última vez que el Liverpool ganó la Liga. De hecho, creo que todavía era fan del Everton». Otro más que nació con corazón toffee.

Pero en el fútbol inglés de lo que se ha hablado estos días es de que los 20 equipos de la Premier han llegado a un acuerdo para implantar el fair play financiero a partir de la próxima temporada. Los clubes que pierdan más de 120 millones de libras en un plazo de tres campañas debarán atenerse a duros castigos. Además, los clubes que dedican más de 60 millones a los salarios de sus jugadores no podrán aumentar esta cantidad en más de 4,6 millones para la próxima campaña, en una Liga en la que, no lo olvidemos, juegan cinco de los diez futbolistas mejor pagados del mundo.

Según la BBC, 13 de los 20 clubes de la Premier aceptaron la propuesta; el Reading se abstuvo y Fulham, WBA, Aston Villa, Swansea, Southampton y City votaron en contra. Los citizen es normal que votaran en contra, pues solo en el ejercicio pasado registraron pérdidas de 120 millones, mientras que en el anterior perdió 246 millones. Choca, en cambio, el voto a favor de Chelsea y Liverpool, que habrían sido sancionados por perder 120 millones si se hubiesen contado los tres últimos años, aunque hay que decir que los de Abramovich el año pasado generaron beneficios por primera vez con el magnate ruso al frente, gracias a la Champions.

La vuelta de Román

No hay problemas económicos en la saneada y potente Bundesliga, donde al Olympiastadion acudieron 74.244 espectadores a presenciar el derbi berlinés Hertha-Unión Berlín de la Segunda División alemana. El precio medio de entradas en ligas europeas es: Inglaterra 33,71 euros, España 29,40, Italia 17 y Alemania 12; todo lo contrario de cómo se refleja la afluencia media de espectadores: Alemania, 33.400; Inglaterra, 23.500; Italia, 22.000; y España, 19.500.

El Bayern lidera la tabla con una ventaja de 15 puntos, a falta de 13 partidos para la conclusión del campeonato, gracias a su victoria por 4-0 ante el Schalke y de que el Borussia Dortmund cayera de forma sorprendente por 1-4 ante el Hamburgo. Los bávaros podrían ser campeones en marzo si siguen así. Primer equipo en la historia de la Bundesliga que suma 54 puntos en 21 jornadas. Lanzados.

Quien también abre hueco es el PSG de un David Beckham presentado hace casi dos semanas y que todavía ni se ha entrenado con sus compañeros. Quizá como ha dicho Ibrahimovic, «ya no sólo somos buenos, ahora también somos guapos», y eso que un estudio de la Universidad de Düsseldorf concluyó en su día que si eres feo serás un gran jugador de fútbol. Seis puntos de ventaja llevan los parisinos sobre el Lyon y dos más sobre el Marsella, con nuevo gol de Ibrahimovic, el 21 de la temporada, más 5 asistencias, en 19 partidos. Casi nada.

Y no es mal parecido, pero si muy bueno, Juan Román Riquelme, que ha vuelto para tratar de liderar a su Boca del alma, con el que ha ganado 10 títulos, incluidas tres Libertadores y una Intercontinental. El Torneo Final argentino ha arrancado con dos ilustres regresos, cuando River Plate y Boca Juniors anunciaron la vuelta a sus banquillos de los dos entrenadores más exitosos de sus ricas historias, Ramón Díaz y Carlos Bianchi respectivamente, con 16 títulos entre ambos. El retorno de Riquelme, a sus 34 años, tras su retirada hace siete meses, ha revolucionado el fútbol del país.

«La pelota me lo ha dado todo. Así como las muñecas son lo más lindo para las nenas, para mí la pelota ha sido el juguete más hermoso que pudo existir. El que la inventó es un verdadero ídolo, el más grande», dijo sobre lo que para él es el fútbol. «Sentí que tenía que estar acá», ha dicho en su regreso, tras ver perder a Boca ante River. No jugó Juan Román, pero Bianchi, en su regreso a la Bombonera 3.153 días después, sufrió, perdiendo 0-2 al minuto 8, pero terminó ganando. No lo tendrá fácil, incluso como dijo otro técnico argentino de renombre como es Claudio Borghi, «entrenar a Boca es como tener sexo con las ventanas abiertas. No hay intimidad, nunca». Que Riquelme los ilumine...

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