El gobierno con tecnócratas de Túnez, más complicado de lo previsto
GARA | TÚNEZ
Túnez seguía esperando ayer una solución a la crisis política tras la muerte en atentado hace una semana del opositor izquierdista Chokri Belaid.
El primer ministro y número dos del partido islamista Ennahda, Hamadi Jebali, ha multiplicado las consultas en los últimos días con sindicatos, partidos laicos, patronal y sociedad civil.
Ha creado asimismo un consejo de sabios que agrupa a intelectuales, juristas, «moderados» de Ennahda y al jefe del Ejército Rachid Ammar.
El partido islamista rechaza la conformación de un gobierno de tecnócratas y ha abierto la puerta a un ejecutivo mixto que incluya también a políticos. La cúpula de Ennahda ha amenazado con dejar el gobierno 14 meses después de su victoria electoral (40% de votos).
Jebali, quien también amenazó con dimitir si no se aceptaba su propuesta para mediados de esta semana, parece haberse dado más tiempo.
La prensa tunecina aparecía ayer dividida sobre la urgencia de este compromiso. «Le Temps» aseguraba que «Túnez no puede esperar a riesgo de un colapso total y del salto al abismo».
Por contra, «La Presse» pedía tiempo para formar un gobierno fuerte y que resista a las presiones.