Internet y la brecha de géneros en los países en desarrollo
Es una realidad constatada que en los países en desarrollo, las mujeres tienen un acceso mucho más restringido a Internet que los hombres. Un estudio revela que esta brecha de géneros impide el desarrollo personal y profesional de la mujeres y aboga por facilitar su acceso.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
Según revelan las últimas cifras, la media es un 25% menos, aunque en algunos paises de África subsahariana llega hasta el 45%. Ateniéndonos a estas graves diferencias, no resulta difícil suponer que esta brecha existente cierra la puerta a herramientas que permitirían mejorar los ingresos, la educación y el empoderamiento de las mujeres en muchos territorios.
Un reciente estudio elaborado por Intel Corporation ¯uno de los mayores emporios dedicados a la creación de herramientas para ordenadores¯ con la colaboración del Departamento de Estado de Estados Unidos, las Naciones Unidas y la organización World Pulse, ha confirmado que las mujeres están quedando fuera de la transformación que supone Internet, con consecuencias para ellas pero también para sus familias y comunidades.
Tal y como recoge el informe «Women and the Web», un esfuerzo global desde los ámbitos públicos y privados podría doblar el número de mujeres online en los paises en desarrollo en solo 3 años, pasando de 600 millones a 1.200 millones. Como consecuencia, 180 millones de mujeres podrían aumentar sus ingresos y 500 millones mejorarían su educación y su nivel de libertad.
El estudio se ha realizado a partir de entrevistas y encuestas a realizadas a más de 2.000 mujeres, y de ellas se desprende que entre las principales barreras que impiden este avance figuran los prejuicios culturales ¯1 de cada 5 mujeres en India y Egipto piensa que Internet no es apropiado para ellas¯ y los escasos recursos económicos. También destacan negativamente, el analfabetismo, mayor entre las mujeres, y la falta de información sobre el potencial de la Red.
De cara a reducir esta brecha de género, este informe hace una llamada a la acción, con recomendaciones que van desde el diseño de tecnología de bajo coste y el acceso gratuito a contenidos relevantes para mujeres hasta el apoyo a iniciativas que prioricen el uso de Internet entre las mujeres y jóvenes o la creación de espacios de formación y acceso a la Red, como Internet-cafés especialmente ideados para que solo lo utilicen las mujeres, exclusivamente.