EL FINAL DE CAJA NAVARRA
Gońi dejó a CAN insolvente en 2009 y a las puertas de la nacionalización
En el argumentario que ha difundido Enrique Goñi a sus colaboradores antes de comparecer en el Parlamento, se cita un informe de Analistas Financieros Internacionales, que desvela que la caja era insolvente y que hubiera necesitado un rescate de 600 millones con fondos públicos. La situación era irreversible en el año 2009, antes de crear Banca Cívica.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
Enrique Goñi, el hombre que gestionó Caja Navarra desde el año 2002 hasta su desaparición, ha enviado un resumen de su discurso en la comisión parlamentaria del próximo martes a viejos colaboradores. Más allá del guión con el que pretende defenderse, el exdirector apuntala su tesis con un informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI) que ataca su propia gestión al desvelar que la caja hubiera tenido que ser nacionalizada por falta de solvencia, y que necesitó ser rescatada de facto por Caixabank cuando compró Banca Cívica.
Resulta cuanto menos temerario que Goñi saque en su defensa un documento que pone de relieve su negligencia en la gestión. Según AFI, Caja Navarra hubiera necesitado entre 591 y 675 millones de euros para haber aprobado el test de Oliver Wyman al que hubiera sido sometida en setiembre del año pasado. Y, según explica, la CAN jamás hubiera conseguido ese dinero. «La situación de los mercados y lo ocurrido con otras entidades habría hecho impensable captar los 600 millones de necesidades de capital en los mercados, por lo que se debería de haber recurrido a inyecciones de capital público», sostiene el escrito. Pero, ¿desde cuándo la caja ya no era viable?
El informe apunta a que la CAN ya estaba herida de muerte en el año 2009 (fecha que coincide con la fusión fría con Caja Burgos, Caja Canarias y Caja Sol). En octubre de 2009, la CAN aseguraba tener 1.055 millones de euros de capital y, pese a que obtuvo 81 millones de euros de beneficios hasta mediados de 2011, las provisiones de octubre de 2009 y los cambios normativos de 2012 (los Reales Decretos 2/2012 y 18/2012) habrían supuesto unas pérdidas de casi 500 millones de euros. Estos reales decretos estaban destinados a aflorar solo una parte de los activos tóxicos de la entidad y AFI hace una estimación de que la CAN tenía que haber reconocido 326 millones de euros en pérdidas por este motivo.
Lo verdaderamente llamativo de este informe de AFI es que está solicitado por Caja Navarra, y se trata de un informe de parte. La CAN compró el informe a esta asesoría después de que Caixabank hubiera adquirido ya toda Banca Cívica por 977 millones de euros. El objetivo del mismo era poner de relieve que la operación de compra, así como el proceso de Banca Cívica, no había sido inútil ni perjudicial para el interés público de Nafarroa. Este informe de AFI está fechado a 19 de diciembre de 2002 y lleva por título «¿Caja Navarra en solitario?». Cabe preguntarse cuánto pagó la caja por este informe a toro pasado y de qué modo se justifica ese desembolso.
Errores en un informe de pago
Este informe contiene un par de errores de bulto, que curiosamente benefician a Caja Navarra. Por ejemplo, en la página 18 llegan a asegurar que Caja Navarra necesitaría 650 millones de euros para salvar el test Oliver Wyman más duro cuando en realidad son 675. Pero, sobre todo, destaca la valoración tan al alza que hacen de cuánto percibió Caja Navarra por las acciones de Caixabank.
La estimación es muy cuestionable. Aseguran que el valor de las acciones de Caixabank es de 229 millones de euros, aunque no indican de dónde se extrae ese dato. En realidad, la valoración en su día de las acciones recibió CAN era de unos 149,6 millones de euros.
Según se indica en el contrato de compraventa, Caja Navarra nunca vio dinero en efectivo. Lo que ocurrió es que CAN intercambió ocho acciones de Banca Cívica por cinco de Caixabank. Con esa transacción, aproximadamente, se llevó unos 49,7 millones de acciones del banco catalán (lo que supone el 1,204% del total). Ayer, estas acciones de Caixabank cotizaban en el parqué a 2,949 euros cada una. Por lo tanto, si CAN -ahora camino de convertirse en fundación- vendiera hoy todas sus acciones, obtendría 146.535.300 euros (una cifra notablemente inferior a los 229 millones que figuran en el informe solicitado por la caja a AFI).
Por otro lado, hay que señalar que las relaciones entre CAN y AFI, asesoría cuyo líder es Emilio Ontiveros, son muy estrechas. AFI participó en la primera fusión fría de Banca Cívica, determinando los porcentajes que correspondían a cada caja. Posteriormente, asesoró a Banca Cívica para su salida a bolsa, una operación que hoy se investiga en la Audiencia Nacional.