Pese a que el jueves pudo poner a salvo por la tarde los 8.200 puntos, ayer fue imposible para el Ibex por el comportamiento negativo de todos los pesos pesados en la última hora de las negociaciones. Al final se paró en los 8.150,20 puntos, un 1,18% por debajo del comienzo de la jornada. De este modo, en la semana acumula un descenso del 0,30% y entra en rentabilidad negativa anual al ceder un 0,21%. Las caídas alcanzaron al resto de plazas europeas, excepto a Londres, donde el FTSE 100 no se movía del cierre anterior. París, por su parte, bajó un 0,25%, y Fráncfort, un 0,49%. La sesión tenía más motivos para un desenlace negativo que positivo. Todavía pesaba el temor por la aceleración del proceso de recesión en Europa, así como la desazón con el sector bancario, focalizado ayer de nuevo en Bankia. La entidad que preside Ignacio Goirigolzarri se hundía un 17,80% adicional, hasta los 0,34 euros. Los expertos esperan nuevos retrocesos para colocar su precio más cerca de los 0 euros. Además, tampoco había suficiente optimismo en Nueva York, donde los datos mixtos -mejora de la confianza del consumidor y caída de la producción industrial- no ayudaban a tomar decisiones de compra. En el Ibex, tres de los grandes lideraban las caídas. Iberdrola bajó un 3,31%, Repsol, un 2,66%, y Telefónica, un 2,03%. Los mejores fueron Amadeus e Indra al sumar más de un 1%. En el Cac, PPR (+7,63%) y Renault (+3,47%) sacaban partido a sus resultados del año pasado, mientras que Solvay (-4,87%) encabezó los recortes a pesar de presentar unas cuentas positivas y mantener sus objetivos de rentabilidad.