Lluvia de meteoritos en los Urales
El meteorito que ayer «llovió» sobre una región de los montes Urales provocó cientos de heridos, afortunadamente muy pocos de ellos graves. En un principio se había pensado que estaba relacionado con el asteroide que posteriormente pasaría a 27.000 kilómetros de la Tierra, pero luego se descartó que el meteorito procediese del asteroide, dadas sus diferentes trayectorias, por lo que, al parecer, la coincidencia de ambos ha sido pura casualidad. También se sabe que casi todos los meteoritos que caen a la Tierra lo hacen sobre el mar, por lo que el que ayer cayó en los Urales era atípico, por esa y otras circunstancias.
La inteligencia humana es capaz de analizar esos y otros fenómenos naturales y describir con precisión sus características, a veces incluso de prevenir sus consecuencias. Pero no siempre que prevé un fenómeno peligroso es capaz de evitarlas, menos aún cuando es inesperado. En esos casos, la solidaridad humana es un importante y eficaz medio de paliar en lo posible esas consecuencias. Pero también es humana la soberbia que a veces desafía a la naturaleza dando la espalda a la inteligencia y provocando catástrofes en vez de intentar evitarlas. No es el caso del meteorito caído ayer, pero también este suceso sirve a la reflexión en torno a las limitaciones y el afán de superación del ser humano en armonía con la naturaleza.